viernes, 20 de marzo de 2015

LA MALQUERIDA


viernes, 20 de marzo de 2015

Sin cargo de conciencia

Con su actitud recalcitrante, el sol lastima los ojos de Cinderella Star. Cual Penélope momificada en actitud parsimoniosa intuye los días que han de venir. Calurosos tirándole a infernales. 
Para ella todo ha ido bien en estos días en que el sol se ha tomado vacaciones. ¡Pura vida! 

Las lluvias atípicas - les dicen ahora- y el frío desparpajado la han hecho muy feliz. No hay comezón -parecía chango rascándose por todos lados- y las alergias desaparecieron. Felicidad ilimitada para un ente de suyo alegre en su quimérico eterno invierno. 

Cuando allá por las primeras horas de la tarde las nubes gordas amenazan desnudarse sin menoscabo a mostrar su cuerpo flácido, Cinderella comienza a tararear una melodía jugosa con el pie derecho. El izquierdo -mero acompañante- envidia el movimiento controlado de quien en otros tiempos fuera el precursor de aventuras inusitadas.

 ¡Oh nubes obesas caed sobre mi! clama la niña en su inocencia contumaz, soslayada en lluvias que empiezan a ir en picada sobre las plantas moribundas yacidas en un abandono imperfecto. Exigua eternidad de un siempre verde.
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Cinderella Star corre a poner a buen resguardo a su gato. De todos es sabido que a los bichos el agua les gusta solo para menguar la sed.

Arriba, en el cielo infinito donde los poetas cazan versos con ayuda de la luna, los rayos y truenos provocan sustos y estampidas humanas. ¡Córrele que va a llover! Cinderella goza, vive, siente el tiempo fuera de foco. Lluvia hacedora de alegrías imberbes, ven a mi, tápame con tu cobija de siete pesos. Átame a los brazos fríos de tu mirar. Frío que a pocos gusta. Ama la niña este tiempo. 

Llueve en la antesala de la primavera. 

Prestos a salir de vacaciones, la gente empeña el apellido pa' gozar un poquito fuera del asfalto cotidiano. ¡Váyanse lejos y no vuelvan, so bellacos altaneros!, disfruten su playa llena de gente y guaraches tendenciosos y háganme feliz. 

Las flores están amaneciendo en mi pequeño jardín, listas para anunciar que la primavera esta a unas horas de enloquecer a la gente con sus buenas vibras vestidas de blanco y energías nuevas provistas del cielo azul irreverente.

Hablen de ella y déjenme ser feliz en mi hoyo de oscura maledicencia.

Mujer de poca fe, pido junto con Cinderella Star que la primavera no asiente sus reales y claudique pronto en el afán de mostrar su belleza durante quién sabe cuantos días y se marche pronto. Ya habrá tiempo de renegar cuando entre el verano aún mas feliz y me joda la piel. Ah si esta fuera más resistente, la primavera y sus calores me vendrían guangos.

Mi carácter melancólico en simbiosis mítica con el airoso otoño y el helado invierno de una vida que no se lleva muy bien que digamos con la naturaleza pero que acepta con humor -¿ya qué?- lo que la vida le ofrezca aunque sea a regañadientes.

Florecitas multicolores a mi, no menosprecien la felicidad inocua de una señora mal acomodada en este tiempo febril.













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