las putitas de san blas

cuando mary me dejó, subí al vw y manejé borracho hasta san blas
y llegué al atardecer, embargado por una profunda melancolía,
a la ramada-restaurant de mi compadre melesio en la playa

melesio me recibió con su jovialidad acostumbrada
y me presentó a un par de zorritas vestidas con exiguas prendas
bajo cuya espesa capa de maquillaje y sus intentos por resultar obscenas
uno podía presentir que no había en realidad más que dos patéticas criaturas
probablemente chicas de pueblo provenientes de hogares muy humildes:
no es raro encontrarse con un buen número de ellas los fines de semana
cuando aprovechan sus días libres para acudir a los bares y ramadas de san blas
y buscan aumentar los magros ingresos que obtienen trabajando como empleadas domésticas
prostituyéndose entre los visitantes y turistas que frecuentan aquellos

ninguna de aquellas dos, a pesar del exceso de maquillaje en la cara
las cortas faldas y los zapatos de tacón de 20 centímetros
parecía rebasar la mayoría de edad

el hijo de puta del melesio, sin embargo
puesto sobre aviso de que yo me aproximaba al puerto
las había estado proveyendo de bebidas embriagantes sin descanso
desde poco antes del mediodía -una cervecita por acá,
una cubita bien cargada por allá-

de manera que cuando yo llegué por fin a la ramada
embargado por aquella tremenda tristeza derivada del abandono de mi amada mary
las dos putitas estaban ya hasta el culo de alcohol y bien dispuestas a todo

me bastó simplemente con ver la expresión que se dibujaba en sus rostros
y percatarme de las miradas que lanzaban en dirección a mi entrepierna
para darme cuenta de que ambas habían alcanzado ya ese punto en la borrachera
donde el coño de una mujer comienza a hacer agua igual que si fuera
un jodido barco en cuyo flanco acabara de impactar un torpedo
y ahora solo queda esperar que termine de irse a pique

y para darme cuenta además de que no estaban tampoco ya muy lejos
de ese otro punto en la borrachera donde cualquier mujer
si uno acaso llegara a proponerle practicar el sexo anal
no tendrá el menor reparo en aceptar que se la metas por el culo

"cógete a la que quieras, villa" me dijo melesio
"les he dicho que eres poeta y que tienes pedazo de burropollla que te cagas"

pero yo tenía clavado en el corazón este horrible dolor
que la partida de mary me había causado

y cuando las putitas separaron las piernas para permitirme
echar un vistazo a sus apetitosos coños ansiosos por recibir
el tremendo pedazo de verga del que ya melesio tanto les hablara,
por mucho que me esforcé en sentirme excitado no logré sin embargo
más que sumirme aun más en el dolor y la pena que la pérdida de mary me suponía
y experimentar quizás incluso una cierta imprecisa nostalgia
por aquellos lejanos días donde solo el hecho de mirarle el culo a una puerca
era ya suficiente para hacerme lograr la más portentosa de las erecciones

y total que la verga no se me paró

"¿así que este era el poeta cogelón y de tremenda verga, pinche melesio,
del que nos has estado poniendo en antecedentes durante toda la puta tarde?:
pues por lo visto se te olvidó mencionar que era puto"

así se expresó una de aquellas putas sobre mi humilde persona
sin tener ni puta idea de la pesadumbre y desesperación que me asediaba
a raíz de la reciente fuga de la mujer que yo más amaba en esta puta vida

sólo eso se les ocurrió decir a las muy puercas
cuando comprendieron que la vista de sus hambrientas vaginas mojadas
no me había causado más que una total indiferencia

"¡que nos la meta melesio aunque él no tenga la verga muy grande ni sea poeta"
-dijo la otra puerca degenerada mientras se toqueteaba su protuberante clítoris-
"él por lo menos ya se sabe que no es un jodido puto maricón de mierda!"

melesio, por supuesto, también estaba borracho

y también desde luego se sintió decepcionado al ver que yo
adoptaba aquella fría actitud de rechazo ante la idea de cogerme a las dos putillas

"¡pinche villa, hijo de la prostituida y chupapollas de tu madre:
por lo menos me hubieras avisado que ya te habías vuelto puto
para no desperdiciar de manera tan pendeja todo ese montón de litros
de cerveza y whisky que se han chupado ya este par de putas!"

y las susodichas, por su parte, bramaban como hipopótamos en celo:

"¿alguien aquí piensa venir y meternos de una puta vez la verga
o tendremos que vernos obligadas a largarnos a buscar un hombre
que tenga los huevos bien puestos y que acceda a complacer a este par de chicas?"

entonces una de las nenas se puso de pie y se sentó sobre la mesa
y se arremangó la falda hasta más arriba de la cintura y cogió una botella de cerveza
y se la metió en el coño y empezó a masturbarse con ella

y no debieron pasar más que unos pocos segundos
antes de que su amiga fuera y se pusiera de rodillas
sobre el piso de arena de la ramada frente a melesio
y alargara la mano y bajara la cremallera del pantalón de mi compadre
y le sacara el pepino y se lo pusiera en la boca y comenzara a tragárselo

"blurp, blurp, blurp"

mientras aquel burdo espectáculo de burdel de tercera tenía lugar frente a mí
yo trataba de no romper en llanto cuando al ver a la putita sentada en la mesa
sacar y meterse en el coño una y otra vez la botella de cerveza
recordé de pronto que mi amada mary había tenido también la costumbre
de meterse toda clase de objetos tanto en el coño como en el culo
cada vez que amanecíamos resacosos y ella despertaba cachonda y bramuda
y al pedirme que la follara y no obstante mi disposición a cumplirle
la verga sencillamente no se me paraba por más esfuerzos que hacía
medio enfermo y hecho polvo como solían hallarme las mañanas
aquellos maravillosos días en que mi amada y yo vivimos bajo el mismo techo

oh, soleados días que ahora ya formaban parte
de las espectrales regiones del recuerdo

"¡pinche villa, por lo menos deberías dejar que te mamen la verga;
no seas tan puto-pendejo!" me dijo melesio

pero yo sangraba por dentro recordando las curiosas costumbres masturbatorias
de mi amada mary, que aparte de meterse botellas de cerveza
también solía introducirse en el coño esas escobillas de brazo curvo y alargado
con las que se restriegan los rincones de acceso más complicado
de los sanitarios y las cocinas y los cuartos de duchas,
que porque con esas le resultaba "más fácil estimularse el punto G"

"¡pinche villa, olvídate ya de la tal mary, que a fin de cuentas
era una tremenda puta que te puso los cuernos con todo el que pudo,
y sácate la verga de una vez para que te la comiencen a chupar!"

pero yo vagaba en alas de la imaginación recordando
la bondadosa y tierna sonrisa con que mary... ¿los cuernos?

"¿qué quieres decir con eso de que me puso los cuernos, hijo de puta?"
le pregunté a melesio al tiempo que sentía la venas de mi cuello hincharse

"¡pinche villa, si hasta yo mismo me tuve que coger a esa puta
aquella vez que la trajiste a san blas a que conociera el mar
y luego tú comenzaste a tomar como loco y terminaste noqueado
inconsciente tirado en la arena en medio de una vomitona
y entonces tu cabrona enamorada aprovechó que estabas fuera de combate
y se me sentó en las piernas y me pidió que le hiciera el favor
de meterle la verga porque se moría de ganas de que la culearan!"

aquella vez que había traído a mi amada mary a conocer el mar...

"pinche villa, estás tan pendejo que nunca te diste cuenta
de que vivías con una puta: ¿no es acaso cierto que la cabrona
tenía una especie de pequeño lunar justo en medio del culo?"

aquel pequeño lunar que mi amada mary tenía justo en medio del culo...

"¿y no es verdad también que le gustaba comerte la verga
cuando estabas a punto de correrte, y que al eyacular
se ponía a sorber toda la leche que arrojabas igual que si se hubiese tratado
de un puto becerro que llevara 3 días sin mamarle las ubres a la vaca??"

aquella manía de mi amada mary de sorberme toda la puta leche de la verga...

"me la estuvieron metiendo doblada como un pendejo idiota
todos estos meses mientras yo creía que era amor" pensé

y entonces sentí que se me empezó a parar por fin la verga