FOLIOS GRAPADOS / Bitácora de Tomás Rivero
Tal vez no acabe nunca de hacer este poema. -J.M. Caballero Bonald-
martes, 14 de octubre de 2014
Si dulce es el tormento
Si dulce es el tormento que tu boca me absuelva
del dolor de la vida
que tu mano me nombre con una caricia
que tu lengua en la mía sea una voz
confesándome besos
o "he pecado en tu ausencia
con los nombres de otros."
Si dulce es el tormento que tu mirada de hierba
crezca entre mis dedos
una tarde dos noches
que me visitó la urgencia
los poetas los libros
las rutas olvidadas
los ruidos que dejamos
la mirada encendida.
Si dulce es el tormento que tu vientre me absuelva.
domingo, 12 de octubre de 2014
Cuando ahí afuera aún había patios
Cuando ahí afuera aún había patios
y terrazas que daban a la vida,
una mirada de sol con flores,
hombres con labios dulces
que podían besar con dientes furiosos
y manos que llenaban las horas
de vientos apacibles.
Cuando ahí fuera, digo
no importaba que tuvieras
un dolor importante,
un fracaso estrepitoso,
u otros deslices de la carne.
No importaba
porque siempre había un amigo
con dientes de defensa y labios dulces
que vendría a sacarte de un error,
de ese error con uve de vergüenza
que él no dejaría que cometieras,
porque él nunca permitió
que tu soledad rumiara
un solo de tú con nadie.
y terrazas que daban a la vida,
una mirada de sol con flores,
hombres con labios dulces
que podían besar con dientes furiosos
y manos que llenaban las horas
de vientos apacibles.
Cuando ahí fuera, digo
no importaba que tuvieras
un dolor importante,
un fracaso estrepitoso,
u otros deslices de la carne.
No importaba
porque siempre había un amigo
con dientes de defensa y labios dulces
que vendría a sacarte de un error,
de ese error con uve de vergüenza
que él no dejaría que cometieras,
porque él nunca permitió
que tu soledad rumiara
un solo de tú con nadie.
martes, 7 de octubre de 2014
La piel oosfera
La noche áspera
el tratado córtico
los pétalos en suma
añadiéndose en masa
a un perfume de números
el árbol en sus médanos
la pus genial
de los que afeitan sus glándulas
acortando la vida de los días
aburridos o lánguidos
el río más largo
los siniestros pasillos
que he recorrido como lugar seguro
ésta y otra calamidad viniéndome
y la frente alejándose
de mis asuntos
como pensando
una distancia
para el placer de ser ángel.
Publicado por Tomás Rivero
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