viernes, 3 de octubre de 2014

JOSE VILLA DEL PORTAL LITERARIO MUNDO POESÍA


DONADOR DE ÓRGANO


todos nos vamos a morir
yo lo sé
pero
mientras pierdo mi vida miserablemente
masturbándome y viendo masturbarse a otros
en el chatroulette
no puedo evitar preguntarme
al constatar el enorme porcentaje de cabrones
dotados apenas con un ridículo apéndice sexual
si no sería posible
cuando yo me tenga que morir
donar mi enorme verga de burro a uno de esos patéticos losers
para que algún cirujano se la injerte
y sobreviva así de mí cuando yo me vaya de esta tierra
si no mis lamentables poemas
al menos esa anónima fracción de mi persona
que contribuya a dar felicidad a otros
y sea causa de orgasmos y embarazos y aumento de población
cuando yo tenga ya tiempo de haberme vuelto nada
y nadie recuerde siquiera ya mi nombre
ni qué jodidos asuntos fueron mi querencia alguna vez
ni su puta madre en primavera

¿CREES TÚ QUE ERES FELIZ?

miro mi viejo álbum de fotos
algunas ya amarillentas
otras me hacen pensar en la edad de los dinosaurios
qué joven era entonces
qué deshinchada tenia la cara
qué brillo despedían mis ojos
¿qué le hizo la vida mientras tanto
a ese tipo sonriente que me mira
con aire un tanto ingenuo desde el fondo del pasado?
parezco incluso feliz
¿era feliz realmente?
me inclino a pensar que no
pero tenía la juventud
tenía el futuro por delante
-y el desconocimiento por lo tanto de toda la mierda 
que con el paso del tiempo me iría encontrando por la vida- 
juro que nunca he sido feliz
sí, quizás en ciertas ocasiones
al besar a una mujer sentí quién sabe qué...
o al abrazar a mis hijas cuando todavía gateaban
o quizás algún lejano atardecer junto al mar
alguien, por un instante, me haría abrigar una ilusión...
pero feliz no
feliz nunca he sido
y sin embargo, qué bien perfilada aparece mi barbilla
qué lustre irradia mi cabello
¡y cuánto pelo crece en mi cabeza!
yo sé que entonces no era feliz
(siempre hay un jodido coño donde no puedes meterla)
tampoco soy feliz ahora, desde luego
y todo parece indicar que a su debido tiempo
moriré siendo un hombre terriblemente infeliz;
en medio de este vasto océano, pese a todo,
de infelicidad y amargura que rodea mis actuales circunstancias
una cosa aparece cada vez más clara en mi cabeza:
si pudiera tener 30 años menos
y recuperar aquel brillo en mis ojos
y la firmeza del contorno de mi cara
y el pelo que se me cayó 
solo con eso
solo con ese pequeño milagro bastaría
para que yo me convirtiese de inmediato y sin reparo alguno
en el tipo más feliz del mundo

y los putos coños que se vayan a tomar por culo


UN CAFÉ Y LAS PIERNAS DE CECILIA

amanecer nublado de domingo
apatía absoluta
desde la cama miro por la ventana
un pedazo de cielo plomizo

tengo ganas de tomarme un café pero
desgana de moverme, 
bajar a la cocina
poner agua a calentar, coger un vaso y echar
en él 
dos de café y una pizca de azúcar
esperar que hierva el agua, verterla
luego en el vaso... 
revolver

si escribir las cosas hiciera que ocurrieran
ahora yo tendría un humeante vaso de café en la mano y 
me dispondría a darle un sorbo;
después de hacerlo dejaría el vaso
en la mesilla junto a la cama

y escribiría lo siguiente

"pongo el vaso en la mesilla y un momento
después 
entra en el cuarto cecilia, mi vecina y
sonríe y me dice ¡buenos días, villa!
y se sienta en la orilla de la cama justo
donde 
con solo alargar un poco el brazo puedo tocar
la tersa piel de sus largas piernas"


y después me dejaría de escrituras

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