miércoles, 20 de agosto de 2014

SARCO LANGE

la misericordia del tumulto dañado






ponle un parque medianamente decente
a un pueblo que hasta ayer
vivía en el medio de un árido desierto
y te juro que a los pocos minutos
estará repleto de acróbatas
de personas apoyadas en muletas
y jóvenes lisiados
que a los 30 años aún no pueden conocer el mar

ponle bancas de madera
y los verás sentarse a descansar
aunque no sepan
si realmente van cansados de algo

pon una fila de ancianos enfermos
uno norte al lado del otro
ponlos graves/ muy deteriorados
sácalos de la UCI sin que nadie se de cuenta
(sobre todo los anticristos del departamento de cobranzas)
y ya te dije/ ponlos en fila
 
aunque te apesten
 
déjalos al sol

que se oreen bien

luego haz otra fila
una que tenga a los hijos de esos tristes moribundos
y finalmente realiza una consulta ciudadana
preguntando dónde se halla la franqueza letal de los otoños
dónde la magia que les ocultó el sombrero
 
dónde el tumor
que los encandiló de miedo
hasta la ceguera

dónde el ascenso
 
también pregunta si esos hijos
están más o menos enfermos que los padres
y habrá más de uno
que se pasará por la raja
todas las respuestas

(las de los encuestados)
 
porque no solamente dudas
cuando te miras al espejo
en la turbia realidad
de una plegaria

pon una cicatriz
en el fondo del grito de un arcángel
justo cuando empieza a atardecer
y aprieta las piernas

disfruta la álgida respiración

reúne a tus animales
borrachos
y percibe cómo la brisa
te esquiva de una forma maestra
cuando la espera no es más que un pobre farol decapitado

       (hay una casa pequeña
       de una sola habitación
       está repleta de leña/ por todos lados/ no hay ventanas)

ponle un caldo de cicuta
a los ojos prietos de quien más tú ames
sólo para verte eyacular pantanos y raíces
 
después cuélgate en el cuello
una figurita hecha con lo disecado de las lágrimas eternas
y jura con escándalo morboso
lo primero que se te venga a la cabeza

así bien lejos
como aquella violenta menopausia
que te agredió la honestidad
cuando dormías
 
hay textos
que pueden durar lunes/ semanas/ meses/ años
o mejor dicho pueden durar una vida entera
mira:
pon tu dedo meñique
en mi boca cerrada y reseca y corrupta
                                                        y la mordida

que con cuatro dedos/ sanos
también se alcanzan a encender banderas
y hojear libros de poemas
como el hastío

ponme una pistola en la sien derecha
pero no apretaste el gatillo
como siempre
y como nunca
 
pon una mentira inmensa
en los labios de una minúscula verdad
 
    obtendrás un corazón
    henchido en lepra

después pregúntale a ese mismo corazón
si acaso vio lo que nunca nadie quiso ver
y arriésgate en el viento
mientras floreces

ponme una angioplastia en un verso estúpido
o un cinturón de hebilla poderosa
cuando me da por renunciar en las mañanas
pónmela a pelo que duela hazlo que arda
casi escupiéndola bravo cirujano
pónmela
y mírame las arañas

que no es llanto
lo que vomito

no es dolor
ni vírgenes pañuelos
que se abren/ o se cauterizan

es un río de cisnes
que se volvieron locos
en el frío  

por eso te digo
hay textos que puedes alargarlos
hasta que te de una puntada en el culo
pero yo éste lo dejo hasta aquí

y son varias las razones

una/ porque nunca me han gustado
los parques donde ayer veía desfilar a los áridos desiertos
dos/ porque en las bancas de madera
suelen irse a morir los vagabundos en invierno
tres/ porque en las UCI del mundo
no te dan deseos de nada
sólo de beber cafés
desde esas máquinas ladronas que hay en los pasillos de los hospitales
cuatro/ porque nunca hay que meterse
con los hijos de los padres enfermos
ellos muerden rabia/ supuran pánico/ se oxidan de claveles

y son pirómanos
 
cinco/ porque los arcángeles
son niñas que dejaron este mundo
en tiempos horribles
donde nunca nadie pudo entender diciembre

y las tardes
se murieron de pena
 
seis/ porque las cicutas
para mí son culebras asesinas y son judas y son buitres y son falsas cigüeñas y son panteras y son tazas rotas y son alcohol y son demonios y son preguntas y bulímicas respuestas también son / y son cabezas y son brazos y son madres y son vaginas rojas y son bicicletas altas/ fabulosas
y son hermanas egoístas que menstrúan la misericordia del tumulto dañado cuando se encuentran solas y perdidas en el mundo
                                   son pústulas
                                   son espinas

son tres mil cañaverales

son mis escenarios de cristal
en esos bares infestos de la calle San Diego
pero también son como cuando hablas en voz baja
y se te escapan los pájaros
por la boca



aunque te afanes
en no querer darte cuenta nunca
de nada






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