MI PRIMER AÑO SIN AURORA (3)
si existiese una máquina del tiempo
y uno pudiese meterse en ella y viajar a cualquier época
la edad media, mesopotamia bajo nabucodonosor, grecia
cuando sócrates recorría las calles de atenas diciendo
solo sé que no sé nada, yo viajaría
no tan lejos, volvería
a la tarde aquella hace un año y días
cuando afuera de la casa de aurora le dije
no me voy a casar contigo porque no quiero
joderte la vida, flaca, y ella repuso
si no te vas a casar conmigo, entonces
mejor será que hasta aquí lleguemos; y de esa manera
tan estúpida fue cómo rompimos y luego
el orgullo o la terquedad se encargó
del resto y un año después
yo sigo queriéndola pero no le hablo y ella
tampoco me habla -aunque no estaría tan seguro
de que alguna vez me quisiera- volvería entonces
a la tarde aquella de mediados de julio
del 2013 a eso de las 7 pm cuando salí
de mi casa y subí al carro y conduje
a casa de aurora sin saber que la cuenta
regresiva de nuestra relación ya había empezado
a correr y que dos horas más tarde
yo estaría de vuelta en mi cama con la cara
hundida en la puta almohada y deseando que la tierra
se abriera y me tragara; hace ya
un maldito año de eso y sigo
igual de jodido que entonces y pienso
que para solucionar mi problema necesitaría
una máquina del tiempo aunque probablemente
hayan de pasar mil años antes de que alguien
construya una y además sospecho
que mi vida tampoco es que haya
avanzado mucho desde aquella tarde, que quizás
el tiempo se detuvo y yo quedé entonces
atrapado para siempre en una especie
de discontinuidad temporal con la cabeza
hundida en la puta almohada y deseando
nada más morirme
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