miércoles, 28 de mayo de 2014

LA MALQUERIDA. BLOG AMIGO.

Por un si acaso

En raras ocasiones me pongo a reflexionar sobre el rumbo que lleva mi vida. Vivo sin pensar. No me detengo a reflexionar en nada, menos en mi familia ni en nadie más. Morirme quiero sin pensar en el dolor que esto les provocaría. Me olvido de los momentos felices como los de hoy en que disfruté a pesar de mi malacara porque me siento araña al no poder caminar y tenerme que detener de las paredes hasta que la pastilla haga efecto.

Maldigo mi suerte pero pienso en lo que alguien me dijo: No te fijes en lo que no tienes, fíjate lo que tienes. 
Hoy por hoy tengo a la familia que es mi sostén, sin ellos hace mucho habría chupado faros. Tengo a mis amigos a quienes nunca agradezco que estén ahí. Quisiera cuando me siento muy sola oír sonidos de voz de aquellos que están lejos. 

Hace poco le dije a Barry: Algo muy grave debo haber hecho en la otra vida para estar pagando esto pero tu hiciste algo aún más cabrón porque tienes que cargar conmigo. Paciencia de santo tiene él para conmigo y un amor a prueba de fuego.

En ocasiones vivir en silencio me lastima, me siento como la hoja elegante de mi jardín, tan sola pero no me fijo que está rodeada de hojas. Como agua de río y piedritas a los lados recorro mis días sin salirme de mi cauce.
Como sea muchos me alientan. Por eso cuando me dicen que soy muy valiente les digo que no porque soy muy requetecobarde al no querer seguir así. 

Soy de un barro que se rompe a las primeras de cambio.

Ya estoy grande para dar un giro contundente a mi vida como lo es ser feliz a pesar de los pesares, querer cambiar a estas alturas de la vida es como querer tapar el sol con un dedo. Cada día tengo que luchar contra mi misma quien termino siendo mi peor enemiga y el juez más implacable. 

¿Aprenderé algún día el arte de vivir? Npi. Para el tiempo que llevo estaría reprobada.

Veo la casa sin mí y no la concibo, me falta mucho aún. No hago planes pero tampoco quiero ver el fin al instante que sigue. 

Mi casa sin mí es como yo sin ti.

Debo pensar que lo mejor está por venir como el día de hoy. Si hubiese muerto como quise me habría perdido las sonrisas de La Bella, de Barry y mis hijos. Me habría perdido el agradecimiento del perrito hambriento al que dimos de comer, las caricias de Calixto y muchas tantas otras cosas.
Aún cuando el domingo termina con una mala noticia esta es acallada con otra mejor. Esta vez la vida me muestra su mejor cara y hoy por hoy me duermo agradecida porque sigo aquí.

Y ya me voy porque me dicen que no son horas para estar escribiendo.





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