domingo, 11 de mayo de 2014

JOSE VILLA. POETA QUE MUERE Y RESUCITA TODAS LAS VECES QUE HAGA FALTA.

HASTA NUNCA, AURORA


anoche estuve en un velorio
también estaba mi madre y mis hermanos
algunos amigos, dos o tres vecinos
debo decir que odio los velorios
si puedo zafarme nunca voy a ninguno
no fui al de mi padre, por ejemplo
ni al de mi abuela ni al de mi mejor amigo
hace un año, cuando se mató borracho en el carro
él y una putita con quien engañaba a su mujer;
anoche hacía buena noche
había luna y el cielo estaba despejado
pusieron el cajón en medio del corral
de vez en cuando corría una ligera brisa
había estrellas y entre los árboles
habían puesto sillas y una mesa con café
tequila para los adoloridos y una figurita
de la virgen maría por si las moscas;
lo que más me gusto del asunto
fue cuando al filo de la medianoche
apareció aurora por la puerta del corral
tenía casi un año sin verla
estaba más flaca y tenía la naríz más afilada
sus ojos eran los mismos
no muy grandes pero con ese aire
de niña que no sabe cómo ser mujer;
mi madre y ella se abrazaron
hablaron de cualquier cosa, aurora se sentó
no estuvo mucho rato y antes de irse
se acercó al cajón y murmuró
"si me hubieras hablado y contado cómo te sentías
habría hecho algo para ayudarte"
llevaba suelto su largo pelo negro
poco brillo en los labios, olía ligeramente a vainilla
de algún lugar a lo lejos camino arriba
llegaban las notas suaves de una canción triste
el viento agitaba levemente las hojas de los árboles
era como estar en una especie de sueño
aurora, la noche, los sonidos del campo
su pelo que tanto acaricié en un tiempo
una pátina de humedad en sus ojos;
cuando se marchó sentí casi que volvía a morirme
pero sólo puedes morirte una vez

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