viernes, 25 de abril de 2014

SARCO LANGE

desdibujarse de bengalas




de qué garganta sin plumas
brotaban las canciones
 
Vicente Huidobro




puedes llamarte a gritos
con la boca inmensa
de castaños

la misma que te nombró/ labio
en el cansancio vital
de los autobuses/ mi tortura

regresar anciana la hemorragia mía
araucaria demente
rompiéndome la boca

falsear los protocolos
para hacernos un collar
que en vez de jades y esmeraldas
cuelgue miles de orfanatos
y vacíos

atarlo al cuello
en la sodomítica culpa roja
que nos hierve la conducta

las plantas

morir de aviones y pestañas
por no acabarme lento/ tan penalizado
destrozar cada gramo de saliva
y ahogar abierto
el muslo que supura libertad

infames Dráculas lisiados
que en la confusión de los cuellos
sangran escenarios
con las garras heladas

o algo así
como
un despertar rabioso en la madrugada de cualquier martes
mirando absurdamente las señales de tránsito/ que te nombran fuerte/ contra la pared/ sin saber qué mierda está ocurriendo/ sólo que la neurosis es un karma que se sirve helado y sin demora/ el paladar como manicomio recién pintado/ no sabes qué ocurre/ miras esa puta muralla blanca/ y te pones las palomas en el pecho/ hombre/ como para ver si con eso se te quita la críptica hambruna/ de no saber en el relámpago de qué otoño/ se inflamó la escuálida porción que ruge la calma/ y el corazón es taquicardia/ frenéticos tambores caminando hacia Bushmen/ el cuerpo suda/ el temblor y su mareo/ revientan como débiles abuelos/ que no entienden su último miedo/ sólo resta salirse de la cama nunca entramos/ ir al baño con la mejor cara de esto no volverá a suceder mañana/ ni nunca/ creernos la mentira/ mejorarse la sorpresa/ la revolución del rostro acostumbrado entre las piernas/ la falsa modestia de tan abrupta felicidad/ el impar desafío de mantenernos quietos/ a pesar del movimiento

y haberlo logrado

bestias asustadas/ extintas/ primordiales
ardiendo en el precario aceite de sus vulvas infinitas
bíblica cirrosis
de un pasado de ascensores y cogollos/ de bicicletas rotas
vitrinas espantosas
saqueadas de rehenes
ojos bendiciendo
un puñado de sal de mar
que se derramó desde nuestra cena
esa donde todos se marcharon satisfechos
antes de crucificarnos/ en el hambre

¿un santuario de abdómenes inquietos
atrapando luces
en el borde de todas las taquillas?

no
en absoluto

sólo colgaba arriba de un puente
para dibujarle una sonrisa
al ebrio abogado de tus noches locas

llevaba una frecuencia de rompecabezas
que me hacía despertar
crispado

la modelo de alta pasarela
en el desenfreno brutal
de las camelias

la gorda mujer
comiéndose al niño
que recorría sus tetas
con un cuchillo
mientras lloraba

el hombre
sin brazos
fumando histérico
en la sala de espera
aguardando que saliera el médico
para poder asesinarlo

200 familiares
millonarios
en la acera de enfrente/ escondidos/ agazapados entre los coches
masturbándose entre ellos
en silencio

las sobrinas
quedando embarazadas
de sus tíos
parían pequeños cerdos
con los ojos apagados

antes de nacerlos
una mujer se paseaba
por los pasillos de la maternidad
justo a medianoche/ nunca nadie la vio
gritando que de cuervos
también se engalanan/ los bautizos

cuando estás
así de pronunciada
el equilibrio
se rompe como telones drogados
que se rajan
de acuarelas

pero alguna vez
nos reiremos de la poesía

a costa
de la poesía

en contra
de la poesía

a favor
de la poesía

odiaremos
la poesía

envejeceremos
y esa será la última poesía

nos mearemos en pañales
como la mejor de las poesías

jugaremos
con la caca entre los dedos
en un asilo lleno de gorriones
sin juicio

y las enfermeras
por orden de los amigos de afuera
nos leerán miles de poesías

tragaremos poesía

estaremos atorados
de poesía

tendremos arcadas
de poesía

vomitaremos poesía

cagaremos
poesía

odiaremos
como lo hace
la excelsa poesía

dirán condena
dirás poema

aunque ahora
previo al deterioro de las trampas
haremos una vida organizada en el hastío
en la fila de los bancos
pensaremos
que el mundo se acabó mañana
y que los ginecólogos del mundo
son en el fondo nuestros peores enemigos

y que los dentistas
son fantasmas
que nos robaron la sonrisa
una mañana de acuario
mientras los borrachos en Ucrania
enterraban a sus muertos
con las velas encendidas

vamos
píntame las uñas

se me cayeron los dedos
en el espanto
de los muebles rotos

después
dibújame
un silencio

y cuélgalo
detrás de la primera puerta
que encuentres cerrada
debajo de unos labios
morbosamente iluminados 


                                                                                              
 

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