martes, 22 de abril de 2014

LA MONSTRUACIÓN

Jeremías no pudo evitar sentirse un poco extraño e incluso una especie de intruso encabezando las páginas de un libro de filosofía. Y el problema no es que reniegue o que esta disciplina haya dejado de interesarle, sino que hace tanto tiempo que se dedica a la poesía y la literatura que tiene la sensación de volver a casa después de abandonar a padre, madre, hermanos y familia. Él, Jeremías, es una especie de hijo pródigo dentro del entramado filosófico y se mueve por sus estancias de ideas, conceptos y silogismos con cierta inseguridad. Pero, pese a ello, no se trata de glosar aquí y ahora una apología de la autora del libro en cuestión y de sus excelsitudes. Eso lo da por sabido e intrínseco a la obra misma. El motivo que lo impulsa a encabezar dicho libro es mucho más mundano y venerable: la amistad.


Hace más de veintidós años que Jeremías conoce a Teodora. Primero fueron compañeros de facultad en la Universidad de Barcelona, unos años ciertamente oscuros para los dos porque el clima que encontraron en las aulas y entre los profesores tal vez no fue el más adecuado dadas sus expectativas. La vida académica no fue como la habían imaginado, no obstante, algunas cosas de provecho debían extraer. Jeremías la pasión por la literatura y en especial la poesía. Al cabo de los años, Teodora, entre muchas otras cosas que son útiles para la vida y que se me hacen difíciles de explicar, el libro del cual Jeremías debe escribir el prólogo. Con Teodora ha habido, aparte de este primer encuentro, diversos puntos de confluencia.


El más reciente es el proyecto común que tienen, juntamente con Domitilo -otro gran amigo escritor y poeta-, de sacar adelante cierta editorial. Un proyecto a todas luces complejo que se afana cada día por tirar hacia delante y asentarse. Siempre les han gustado las empresas que exigen esfuerzo, y ha estado a raíz de esta colaboración y el paso inevitable de los años que Teodora se ha mostrado como una persona intelectualmente interesante. Nunca rechaza una conversación, un debate, un problema. Si ignora alguna cosa, tiene aquella sabiduría de reconocerlo o de dejarse ilustrar, que diríamos, con la modestia y la honestidad del buen socrático que sabe que, después de saber tantas y tantas cosas, todavía no sabe nada. Teodora es un gran ejemplo de eso. Y por este motivo, quizás, es mucho más sabia de lo que ella misma se piensa.


Como bien conoce Jeremías, si hay un ámbito en el cual Teodora se siente cómoda y sabe perfectamente de lo que está hablando este es el ámbito de la filosofía y, más en concreto, el ámbito de la filosofía trascendental. La época del idealismo alemán con toda su amalgama de pensadores, escritores, pintores y poetas. Una época sin duda fascinante e irrepetible que juntamente con toda nuestra tradición europea más antigua ha constituido una de las bases más importantes y sólidas de nuestra cultura occidental. Nuestra cultura, si es alguna cosa, lo es gracias a los griegos y, seguramente, al idealismo y romanticismo alemán de los siglos XVIII y XIX. Teodora, con su libro Atrévete a saber, ha agrupado un conjunto de trabajos de búsqueda e investigación que llevó a cabo sobre esta cuestión a lo largo de sus años de carrera. Con el paso del tiempo y en la humilde y experta opinión de Jeremías, ha modificado todo aquello que era superfluo, mejorable y ha eliminado sin atisbo de pudor lo innecesario y oportunista.


Gracias a ese trabajo de jardinería intelectual, para Jeremías el resultado es un libro intenso, peculiar, que no otorga ninguna tregua al lector, que tiene que acercarse con la certeza de que no será un camino fácil donde todo se le ofrezca hecho y masticado, sino que tendrá que participar con la misma actividad intelectual que requerían y exigían los autores de la época elegida cuando reflexionaban sobre qué era la filosofía y hasta dónde sería capaz de llegar. El resto lo descubrirá el lector a medida que vaya avanzando por las páginas. Teodora escribió un libro lleno de vida que es útil y bueno para la vida de los que todavía creen que pensar es el acto más subversivo que existe hoy en día. Un libro que recrea una mentalidad que apareció en el mundo con la intención de cambiarlo y de hacerlo más semejante y próximo a la verdadera naturaleza del hombre, que según los románticos e idealistas era la libertad y la autonomía individuales sin más principio ni final de acción que la propia condición humana.


En el caso de Teodora y para Jeremías que la conoce bien, ese proyecto ha cuajado y florecido con salud y ansia. Por eso Jeremías cree y Teodora espera que ocurra lo mismo con quienes osen convertirlo en alguna cosa más que papel impreso y letra muerta, con los que se atrevan a verlo y vivirlo como un auténtico espíritu revitalizador.






Publicado Por Cabronidas @

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