sábado, 12 de abril de 2014

LA MALQUERIDA


viernes, 11 de abril de 2014

Cinderella Star pierde el tiempo los viernes por la noche

De mirada piadosa y caderas infantiles, Cinderella Star arrastra los pies como si quisiera borrar las huellas de ayer. Y luego espera sentada al borde del sillón al amante en turno. El que ha de venir a poseerla con labios mentirosos y cabellos rubios. Sube trece escalones y baja once porque los últimos los brincaba agarrada de la mano de su madre cuando salían en las noches a buscar café, alla por los tiempos en que la vida era alegre y las lagrimas existian en forma de rocio sobre los alhelies que tenia su madre en la ventana de la cocina. Saltando charcos imaginarios se aferra a esa mano que jamás habría de soltar. El hombre que fue su padre la deja esperando en la avenida mientras busca sabores extraños. -No te vayas con nadie- le dice, en tanto ella quiere huir a los brazos de su mamita. Está sola entre gente que pasa a su lado sin mirarla. La falda corta muestra sus piernas adolescentes vestidas de botas de gamuza café bajando de un camión obsceno. Cinderella Star conoce a David bajo los aguaceros de mayo. Es tiempo de escuela, el dinero no alcanza para comprar libros ni para un disfrute menor, menos para gastar en besos de amor en forma de regalo. Divirtiéndose con sus amigos ve pasar la mejor etapa de su vida. Sonríe abrazada de Julio Alberto al que no olvidará jamás con esa cara sonríente y sus gafas pobres. Comienzan a crecer llegando los novios y las bodas. Cada uno empieza a formar su vida. Ella sigue sola amando a Ángel quien se ha enganchado con esa rubia pecosa y regordeta que se pavonea frente a ella exhibiendo su trofeo de suéter verde. Cinderella odia quedito. La vida sigue pasando a veces lenta a veces de prisa. En noches solitarias piensa que los hombres son lo mejor de la vida aunque ninguno sea para ella. Se hunde en la apatía del sin embargo. Si al menos llegara uno, se encargaría de convencerlo de amarla más allá de las siete vidas que le pertenecen y que ha malgastado en cachitos de felicidad. Desechos sueños rotos. Oscuridad, no llega nadie y menos en época canicular cuando todos prefieren resguardarse tras las paredes de adobe viejo antes que salir a buscar amores. Cinderella Star sufre quedito aunque sabe que el sufrimiento no la llevará a ningún lado. Cansada de esperar, alborota sus rizos negros, se cuelga el bolso de flecos hippies y prefiere sonreír a través de las lagrimas recargadas de hastío del tanto esperar al que nunca vendrá. Y se pierde en el camino con la falda corta y sus botas de gamuza cafe.











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