viernes, 6 de diciembre de 2013

HEMEROFLEXIA....DE ANDRÉS TRAPIELLO.........habla de NEORRABIOSO Y SUS TROYAS LITERARIAS.

6 de diciembre de 2013

Todo menos literatura

LO malo de internet es que eterniza lo malo; pero también nos ayuda a recordar lo bueno. 
Alguien que firma como Neorrabioso ha colgado hace unos días esta vieja Carta al director de El País en su blog, en una sección que titula con patente exageración "Troya literaria". Esa carta nos sorprendió hace quince años porque no venía muy a cuento o, mejor, porque aprovechaba que el Pisuerga pasa por Iría Flavia. 
Sin duda Neorrabioso supone que lo mejor de los escritores es verles pelearse entre sí e insultarse en las famosas y tristes disputas literarias, que pocas veces tienen algo divertido. Pero creo que ese Neorrabioso se equivoca a mi modo de ver una vez más (hace ya mucho tiempo que se dedica a sacar de su contexto fragmentos del Salón de pasos perdidos, y a reproducirlos en su blog con el único propósito de hacer un poco más de ruido, más interesado en el ruido, desde luego, que en aquello sobre lo que se le propone pensar). Aunque sé que no servirá de nada este ruego, le agradecería que en adelante los míos los dejara tranquilos. Y si lo hace por admiración, lo de Lola Flores: "Si me queréis, irse". 
En el ejemplo que ahora pone no hay un escritor que insulta o se mete con otro, sino uno que se insulta a sí mismo por las cosas insólitas que dice. Ya se habló de ello en uno de los tomos del SPP. Leer esto quince años después puede ser incluso pedagógico para recordar a los más jóvenes hasta dónde podía llegar el desquicie, la mala fe o la estupidez de nuestra época. ¿Qué es ese eufemismo de "ocasional trato carnal con un chico de trece años"? "Señor juez, es verdad que tuve trato carnal con ese niño de trece años, pero fue ocasional, nada, una canita al aire". "Haberlo dicho antes, amigo P.,", dijo el juez, "me ha convencido usted; habiendo sido ocasional, no hay más que hablar, queda libre".
Incluso para insultar se debe tener "el don del insulto", como lo llamaba alguien (y desde luego no lo tiene quien queriendo insultarle a uno lo compara con Antonio Machado; que siempre que quieran atacarnos sea en compañía tan honorable como esa), pero me interesa ahora únicamente releer esa frase de Machado que al autor de la carta le parecía el colmo de la homofobia: "La pederastia –actividad erótica desviada y superflua– es la compañera inseparable de la gimnástica". O sea, que a PG. la pederastia no le parece una actividad ni desviada ni superflua. Hmmm, interesante. Como se trata de un académico lingual, hacemos una visita al Drae, el pequeño homenaje: "Pederastia: abuso sexual cometido con niños".
Por los días en que apareció el Diario del artista seriamente enfermo, edición aumentada de los abusos sexuales de GdeB. con menores (claro que pagando, eh, pagando: a 1 € cada), le preguntó a uno una periodista bastante rabiosa: "O sea, ¿que tú habrías metido a GdeB. en la cárcel?". Ella estaba convencida de que a los grandes poetas hay que tomarlos como son; si habláramos de curas y obispos, no; ah, pero la poesía es una cosa tan linda... "Responde, dilo, atrévete: ¿Habrías metido en la cárcel a JGdeB.?", insistía una y otra vez. Recuerdo lo que le respondí, un poco harto, pero suavemente: "Yo no; la Guardia Civil". 
Conste que no tenía la menor intención ni gana de volver a esto quince años después ni aquello fue una disputa entre escritores. Se estaba hablando de  Ética y de Estética sin ética, del Código Penal, y de un poeta ínfimo que por querer defender lo indefendible en un poeta mediano, no dudó en injuriar gravemente a uno muy grande sin que nadie (hasta la fecha) lo defendiera de ese ataque rabioso
En tales asuntos hay de todo menos literatura, y nada de Troya, y menos todavía de homofobia. 

El Rastro, 24 de noviembre de 2013


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