domingo, 10 de noviembre de 2013

TORO SALVAJE. POETA




AGUA FRÍA

Sábado por la mañana.
Me levanto demasiado pronto.
Escupo versos rotos
mientras recorro el calvario
que va desde la cama
hasta el paracetamol.
Versos rotos
que nacieron anoche
entre copa y copa
cuando salgo los viernes
a buscar noséqué.
Ahora bebo agua fría sin parar.
Botella tras botella
de litro y medio
para ahogar la resaca.
Si.
De litro y medio.
Mi record es de cuatro botellas.
Seis litros de agua fría
para convertirme en el toro catarata.
Enciendo el pc
y miro el blog.
La mula tozuda
sigue sin aparecer.
Loca y cabezona como ninguna.
Y su amiga
tampoco viene
no sea que la acuse de insolidaria.
Mujeres...
Qué peligro tienen.
Más agua fría para ahogar el disgusto.
Trato de olvidarme de todo.
Noticias, ajedrez, y desencanto.
La vida es una maldita repetición.
Apenas son las once de la mañana.
Entonces miro hacia atrás.
Y me nace una sonrisa.
Ayer mi novia imposible
a la que sólo conozco
a través del silicio de los chips
y de unas fotos preciosas
tenía un buen día
y estuvimos a punto de no pelear.
Mi novia imposible
tiene el pelo de fuego
y es la encargada
de encender el sol cada mañana
utilizando uno cualquiera
de sus hermosos cabellos.
Mi novia imposible y yo
pasamos meses sin decirnos nada.
De ahí lo de imposible, claro.
Más agua fría para ahogar mis delirios.
Me duele el hombro
desde hace varios días
por hacer flexiones de loco.
Y sigo haciéndolas
a pesar de que me duele cada vez más.
Soy un peligro para mí mismo.
Y también me duelen las manos
por culpa de unos hand grippers
de Captains of Crush
con los que cada noche
me machaco manos y antebrazos
mientras me autoengaño
con cualquier cosa por televisión.
Realmente soy un gran peligro
para mí mismo.
Agua fría.
Sauna.
Nadar.
Comer.
Siesta.
Y ahora aquí con más agua fría.
Pensando en tantas cosas
que la cabeza me da vueltas
como un carrusel de toros chiflados.
Y en cada vuelta
aparecen locos y locas diferentes
que vienen a verme
los sábados por la tarde.
Son los fantasmas del pasado
que quieren torturarme
por no portarme bien con ellos.
Más agua fría 
para ahogar fantasmas
aunque estos saben nadar.
Mi novia imposible se llama Jovita.
y por cada verso
que he escrito hoy
si pudiera me atizaría
con un palo en la cabeza.
Pero aunque lo hiciera
no pasaría nada
tengo muchísima agua fría
para remojar y aliviar
sus románticos chichones.
Un beso Jovita.
Te debía un poema.
Y siento comunicarte
que por más que quieras
no vas a poder pegarme con el palo.
Y ahora más agua fría
porque esto es muy serio.
Tengo un secreto
que no puedo decir.
Un secreto de tal calibre
que hace temblar
todos mis cimientos.
y que me da más miedo
que todos los diablos juntos.
Es un secreto tan secreto
y tan lleno de peligro
que creo que debería olvidarlo.
Más agua fría para olvidar.
Y aquí estoy
ante esta pantalla
que se muere de risa
cada vez que me ve delante suyo.
La entiendo perfectamente.
Bebo más y más agua fría
mientras la tarde y yo
nos vamos vistiendo de negro
y contemplamos enternecidos
como casi sin querer
este poema requeteloco llega a su fin.

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