Recuerdas?
Nos dijimos adiós
en ese bar del puerto
de vidrios empañados
por la bruma.
Éramos jóvenes.
Amábamos el jazz,
la noche,
y el brillo de la luna
rompiéndose en el mar.
Tú, nóstalgico de rutas
por entonces,
soñabas lejanías.
Yo, andaba fascinada
aprendiendo los nombres
del viento:
Tramontana,
Siroco...
Y el nombre de las constelaciones.
Llegabas
con un poco de sol en las manos
y callaba el rumor de las olas
y teñía el crepúsculo
de naranja el azul.
...y dibujamos velas
y dulces desembarcos.
Y lloramos naufragios
mareas y gaviotas...
En tus ojos de mar
volaban alondras sin destino.
Como sucede el viento
así, prisionero del mar,
un día te marchaste.
Y me quedé sin ti.
Que poema tan precioso, que alegría leerte, SOCO. Besos.
ResponderEliminarEres con diferencia de lo mejor de este sitio, donde no leo más que panfletos mal escritos, memeces sin ningún interés.
ResponderEliminarYa conocía este poema y es un placer releer a pesar de lo difivultoso de hacerlo.
Va fatal esto no??
Lindo encontrarte, Socorro. Tienes una forma de escribir encantadora. Un saludo.
ResponderEliminar