viernes, 18 de octubre de 2013

SARCO LANGE

los días nublados, o cómo nacer viviendo




madre
¿qué es esa baba espesa
que te cuelga
de las paredes del coño
como si fuese
una horca desesperada
en la pesadilla agria de un mal actor?

eres tú, hijo mío
diez minutos antes
que te pusieras a nacer


porque así naciste
hace mil años atrás
como la toxina ebria
de un latido que quiso crecer
y que finalmente lo hizo, claro

pero hacia abajo

parecías un pequeño delincuente trasnochado
vomitando coliseos en el grave cadalso de tu inocencia
y por el gesto amargo que había en tu sudario
me di cuenta de inmediato
que sin quererlo
te había iniciado en la ruta más atroz del pánico
y eso no me lo perdonaré jamás, jamás
entiéndelo amor mío, no hallé otra forma más elegante
de procrearte entre matorrales
y ocultarte la vida en mi sufrir

pero hijo
antes, mucho antes de nuestra infame navidad
ya me había violado tu padre una noche de diciembre
mientras su propia madre
aun no se enfriaba en el cajón

abórtame la voluntad, mamá
déjame la cicatriz de tu culpa entre los ojos
ábreme las llaves
hasta volverme a parir
grítame el nombre
mío 
y azótame en una crueldad de dientes amarillos

porque este mundo
se robó todos los muebles
se robó los jardines
se robó los párpados de la felicidad
se los robó mamá
¡¿ENTIENDES MIERDA?!
¡SE LOS ROBÓ!
y en su lugar
dejó un desierto
millones de lombrices
y un tumulto de aviones
suicidándose en el hielo

parecemos ángeles de porcelana
sucumbiendo en el abismo orgulloso del metal

como esa noche abstracta
en que fui a un motel
con una amiga que era monja
nos conocíamos desde pequeños
ella vino a Santiago no me acuerdo a qué
parece que a una actividad de la iglesia
estuvimos toda la tarde contándonos la vida
recordando y riéndonos
de nuestras travesuras infantiles
y de pronto nos entraron ganas de follar

fuimos al de calle Brasil N°376

en el saloncito nos pidieron la cédula de identidad
yo tenía 17 años en aquella época
así que me prohibieron el ingreso por ser menor de edad
nos tuvimos que ir
nos despedimos en la vereda
y no nos volvimos a ver más

hasta el verano de 2011

yo iba caminando por el Paseo Ahumada
y la veo en un café tomándose una Sprite
cómo te va en el convento, le pregunté
me retiré Sarco
Dios no existe

ahora suelo transitar por las calles
con la imprudencia filosa de un torero venido a menos
sufro de arcadas cuando me lavo los dientes
paso frente a las imprentas y pienso en hospitales
me asomo en las noches por la ventana del piso 12
y me dan unas ganas inmensas de arrojarme al vacío
de triturarme en el pavimento
como un acto poético
como un acto de protesta
como un acto desesperado
o quizás como un acto
que quiere acabar con todos los malditos actos

el corte de seda
que añora ser mortaja rabiosa
cuando el hombre
no tolera su sangrar

paso resfriado
fumo más de lo aconsejable
a veces me tomo un whisky con drambuié
o me fumo medio porro cuando me duelen las encías
he dejado de comer por comprarle Hill´s a mi gata
siento todos los días fantasmas
jalándome la camiseta

o la carne

o mi rostro de escuela pobre
con paredes que parecen aeropuertos

no me abortaron
en el día de todas las maternidades
de modo que la Conchi pujó fuerte
y caí como un pedo animal
enredado en una placenta sanguinolenta
mi madre dice que no lloré de inmediato
que me empecé a asfixiar
que el doctor se preocupó
y me dio una bofetada en la cara

rompí en un llanto desesperado 

después de eso no dejé nunca más de llorar
seguí llorando todos los años de mi muerte
lloraba la cuna
lloraba los colegios
los ascensores
los espejos
lloraba el porvenir
lloraba los poemas
las puertas abiertas
lloraba los llantos
lloraba tu lloro
los lloraba a todos
los sigo llorando
y acabé rompiéndome los huesos
en la edad frenética
de esta intolerable y maldita corrosión

(pero también río
como se ríen los desgraciados
cuando se ahorcan bajo el mar)

me hubiese gustado ser criado
en el aplauso inmortal de los borrachos
en la erección feroz de los marihuaneros
en el calor sincero de los terribles vagabundos maltratados
porque ellos despiertan por las mañanas
sin brazos sin piel sin futuro
y no les importa absolutamente nada

pero tuve que aguantarme las ganas de temblar
se me cruzaron alfombras, baúles y poemas
destrocé mi brazo una mañana
con una Gillette que compré en una farmacia del centro
entré en un baño público
cerré los ojos
mientras mis carnes se abrían en canal

me tajeé el izquierdo
bien profundo, por puro antojo
tenía 15 años
y ninguna estrella en la mirada

otra mañana me tumbé en la Plaza de Armas de Santiago
porque me había tomado un Aldol de mi tía esquizofrénica
mezclado con cerveza
no podía gobernar mis pies
no me respondían
y tenía una taquicardia de esas que más vale preocuparse
acabé en una clínica
la doctora dijo que había tenido un "enfriamiento al estómago"...
¡linda la puta!, estudió 10 años en la universidad
para no distinguir un problema estomacal
de la desesperación de un tren
que se descarriló de nieblas
en el medio de unos ojos que se estaban congelando

deja fumarme las ganas de partir
así, claudicado entre sogas y amuletos
un volcán de zapatillas rotas
el calvo suicida que cena 
en un magisterio monacal de lámparas a oscuras
el hombre que se desnuda para rezar
y después se moja con saliva los pezones
pensando en la mafia desesperada
de una pasión que lo fertilizó 
en el invernadero satánico del marchar 

si tuviese un coño
me revolcaría en el nazismo de los orgasmos
fabricaría hornos crematorios
para incinerar las hebras muertas de tanta vulgaridad
me citaría con el último poeta del mundo que le escribiera al desamor
y que me follara entre una ruina de alcantarillas infinitas
apretaría bien los ojos para que no me viera jamás llorar en el poema
pero si mientras me está desgarrando el culo
se diera cuenta de mis lágrimas
y me preguntara por qué el llanto
le diría que siguiese en la embestida mi amor
sigue, príncipe de cuna adormecida
sigue perforándome la angustia
no te detengas, córrete dentro de mí
y límpiame con ternura mis labios latinoamericanos
acaba tu inmensa poesía y chorréamela en la cara
hazte grande/ cuéntale a mi madre
que te agarraste a su hijo/ que lo injuriaste
que te imploró demacrarle el pulso
con la tiza bastarda de tu frígido escribir
porque sólo de esa manera/ y no de otra
podría izar la bandera sagrada de tu perfección
la idolatría hacia una vida injusta
una vida puta vida
una vida que castiga a quien no debiera ser nunca castigado
una vida que está pariendo el daño en los nidos del insomnio
en lo franco de los apagones
en el pulso amargo de una ráfaga de palomas
una vida que es el preludio amorfo de todos los ascos
un ir y venir entre automóviles/ y ciudades
que sangran la morfina hedionda del perderlo todo
sin aviso
sin preguntas
sin respuestas

y después repósame tranquilo el llanto mío
que tendré unas ganas locas de ponerme a tiritar
como si desde abajo de las persianas/ y los pájaros
apareciese una fila enorme de agujeros y de flores
tragándome la sed/ volcándome/ precipitándome/ clavándome
en la madera primordial
de todas nuestras cartas sin enviar

hasta vaciarme
en el último pétalo
del tiempo



nací de ti
pero te juro
que de mí
me pienso
morir

como los peces
que algún día
soñaron
con volar

y se murieron

 








 


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