martes, 13 de agosto de 2013

SARCO LANGE

e ir blandiendo primario
una luz roja (como las pistolas)
donde el rojo sea el descuido asesino
de un mar interrogando al viento
y su animal

crepúsculo de vello púbico y sagrado
ensortijando de edificios a la otra esquina del poema
la de las uñas mancas
la que reparte el daño pardo de la injusticia
la que se atraganta y se revienta
en su eterna y categórica orfandad

(¿podremos bautizar con gloria
a la criatura que ruge en el poema
y evitar, al mismo tiempo
que se muera impávida en el frío?)

entonces partiremos rodeados de almanaques
hacia el último túnel mineral
ese donde habita la verdad de los vidrios rotos
el beso privado, el ripio de la música y la muerte
la costumbre de sabernos como disparos
pese al filo seminal de todos los viernes

tengo la boca seca
y una confusión de tics nerviosos en el cuerpo
a lo lejos
casi tan a lo lejos
como gritarte en medio de los ojos
que el cielo se rajó las venas
mientras la mentira
jugaba ajedrez y lo perdía todo en un pantano de claveles

ya no entiendo
por qué gritan las calles
ni por qué adentro del silencio
nacen niños con las caras destrozadas


tal vez se me están cayendo los párpados
y ya no sé dónde poder inventar más espejismos





S.




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