tomando cerveza con una chica en la playa

un domingo soleado a mediodía
¿para qué quieres escribir el poema perfecto?
ella tiene 17 y está tendida a tu lado 
sobre la arena caliente
con sus enormes y esplendorosas tetas de fuera
y a ti te invade la felicidad pensando 
que después de vaciar tu lata de cerveza fría
no tendrás más que inclinarte un poco a la derecha
para chupar esos tiernos pezones rosados 
que despuntan sobre el fondo azul del mar
¡el mismo shakespeare envidiaría poder estar en tu lugar!
después de entretenerte estrujándole los balones un rato
decides mandar a la chica que vaya y te traiga 
otra lata de cerveza; cuando está de vuelta te sacas 
el hot-dog y se lo metes en la boca
mientras las palmeras se agitan a todo lo largo de la playa
impelidas por un suave vientecillo impregnado de sal y ámbar;
entonces piensas con tristeza en todos esos pobres poetas
recluidos en sus grises ciudades intentando escribir
un verso que ilumine sus oscuras vidas
y tu corazón sangra por ellos mientras metes y sacas
un dedo en el coño de tu complaciente y cachonda amiguita;
al caer la tarde te habrás vaciado ya por lo menos
un par de veces dentro de ese cuerpo 
de piel lustrosa que brilla bajo el sol,
y esta puta mierda de poema escrito 
al día siguiente bajo los efectos de la resaca
desde luego no podría asegurarte un lugar en la inmortalidad
allá donde shakespeare y homero y otros tantos como ellos
se pasan las interminables horas de la gloria eterna 
masturbándose como locos mientras tú te follas 
a simples mujeres mortales de carne y hueso
aquí abajo en este puta tierra que a veces
uno podría jurar que se trata
del mejor lugar que existe en el universo