uno norte
fuck
¿sabes?
¿por qué mejor
no nos matamos?
lindo inicio de un poema
yo puedo vivir a costa del silencio
la otra tarde un mendigo
me agarró las nalgas
le dije hermano
has tocado la muerte
se rió el desgraciado
a las 10 de la noche
él se podría de frío
y yo miraba por la ventana
los autos chocar desde mi ventana
tengo una crisis de pánico mi amor
pero no tengo miedo
sé que vamos a morir
envueltos en la intoxicación de una lejanía
yo te compro la lápida
tú me haces el epitafio
¿te conté que ya tengo elegido el mío?
anota:
"aquí yacen los restos del ausente
que vivió entre esta gente
y nada les entendió"
si no te gustó
me da lo mismo
somos los hijos de puta de la vía láctea
nos soñamos
en el sueño de los unicornios
la maldición
fue habernos puesto a escribir poemas
un día empapados de mayo
nos cayó una gota de poesía entre los ojos
y partimos leves como en una función de circo salvaje, caminaba por la calle Lo Blanco y te dije desierto, sarco hijo de puta dijiste desierto y yo estaba pensando en un desierto, no lo hagas más, nacimos locos, en los orfanatos las tías nos mostraban las tetas pero no el pecado, después la caminata, el subirse al metro y olvidarse de la falsa elegancia, ¿has caído en cuenta que algún día seremos tan viejos que el mar nos vendrá a preguntar por qué no nos despojamos de tanta angustia siendo pájaros?... entonces la nota aclaratoria: te conozco desde antes de las oraciones en mi colegio de sacerdotes sucios, te conozco desde mucho antes del Armagedón de tu debacle, te conozco desde siglos antes que tú misma te conocieras, te conozco porque nos hicieron de la misma mezcla, te conozco en el diazepám de la condena, y ahora que ya te he conocido te ruego no olvides mis ojos, traen los tuyos en la memoria de su eterna retina.
un día tu ángel de la guarda preguntó
porqué escribes tan largo?
el mío
haciéndose una paja a dos manos
le respondió
y por qué tu hermosura
es tan larga
después nuestros padres se fueron de copas, el tuyo caminando y el mío en silla de ruedas.
tu papá le dijo al mío que a ti te gustaba pintar arriba de hojas de abedul, el mío, desconcertado, le habló de los poemas que leí siendo niño, mi viejo sabía que siempre me gustó Rimbaud, pero no le dijo nada, estaba atorado con un trozo de vacuno.
luego tu mamá le dijo a la mía si sabía tejer. mi madre dijo que no, que sólo supo tejer la masacre de su propia vida.
¿recuerdas que ahí entramos nosotros?. levantamos los brazos mostrando al hijo...
trino de algas
en tu cabello plano
tienes ojos
por viernes
y luciérnagas
colgando
en la humedad
de tu entrepierna
léeme un poema de Panero
hazme dormir hoy, por favor
no puedo dormir hace tantas noches
me despierto envuelto en hemorragias
hazte bosque, sonido de luz
hembra delirando en la isla de la oscuridad
no tenemos pasado
pero sí demasiadas coincidencias
una última cosa...
nada, olvídalo
sigue haciendo poemas
llegarás al cielo
te lo juro
¿sabes?
¿por qué mejor
no nos matamos?
lindo inicio de un poema
yo puedo vivir a costa del silencio
la otra tarde un mendigo
me agarró las nalgas
le dije hermano
has tocado la muerte
se rió el desgraciado
a las 10 de la noche
él se podría de frío
y yo miraba por la ventana
los autos chocar desde mi ventana
tengo una crisis de pánico mi amor
pero no tengo miedo
sé que vamos a morir
envueltos en la intoxicación de una lejanía
yo te compro la lápida
tú me haces el epitafio
¿te conté que ya tengo elegido el mío?
anota:
"aquí yacen los restos del ausente
que vivió entre esta gente
y nada les entendió"
si no te gustó
me da lo mismo
somos los hijos de puta de la vía láctea
nos soñamos
en el sueño de los unicornios
la maldición
fue habernos puesto a escribir poemas
un día empapados de mayo
nos cayó una gota de poesía entre los ojos
y partimos leves como en una función de circo salvaje, caminaba por la calle Lo Blanco y te dije desierto, sarco hijo de puta dijiste desierto y yo estaba pensando en un desierto, no lo hagas más, nacimos locos, en los orfanatos las tías nos mostraban las tetas pero no el pecado, después la caminata, el subirse al metro y olvidarse de la falsa elegancia, ¿has caído en cuenta que algún día seremos tan viejos que el mar nos vendrá a preguntar por qué no nos despojamos de tanta angustia siendo pájaros?... entonces la nota aclaratoria: te conozco desde antes de las oraciones en mi colegio de sacerdotes sucios, te conozco desde mucho antes del Armagedón de tu debacle, te conozco desde siglos antes que tú misma te conocieras, te conozco porque nos hicieron de la misma mezcla, te conozco en el diazepám de la condena, y ahora que ya te he conocido te ruego no olvides mis ojos, traen los tuyos en la memoria de su eterna retina.
un día tu ángel de la guarda preguntó
porqué escribes tan largo?
el mío
haciéndose una paja a dos manos
le respondió
y por qué tu hermosura
es tan larga
después nuestros padres se fueron de copas, el tuyo caminando y el mío en silla de ruedas.
tu papá le dijo al mío que a ti te gustaba pintar arriba de hojas de abedul, el mío, desconcertado, le habló de los poemas que leí siendo niño, mi viejo sabía que siempre me gustó Rimbaud, pero no le dijo nada, estaba atorado con un trozo de vacuno.
luego tu mamá le dijo a la mía si sabía tejer. mi madre dijo que no, que sólo supo tejer la masacre de su propia vida.
¿recuerdas que ahí entramos nosotros?. levantamos los brazos mostrando al hijo...
trino de algas
en tu cabello plano
tienes ojos
por viernes
y luciérnagas
colgando
en la humedad
de tu entrepierna
léeme un poema de Panero
hazme dormir hoy, por favor
no puedo dormir hace tantas noches
me despierto envuelto en hemorragias
hazte bosque, sonido de luz
hembra delirando en la isla de la oscuridad
no tenemos pasado
pero sí demasiadas coincidencias
una última cosa...
nada, olvídalo
sigue haciendo poemas
llegarás al cielo
te lo juro
sarco lange
psicoterapia breve
Te voy a dar una receta para esos días en que crees que la angustia te carcome por dentro y aún así piensas que queda alguna esperanza.
Es ir al matadero del pueblo y hablar con el del aseo, generalmente se llaman Anselmo y siempre han perdido un hijo en un accidente automovilístico. Antes la gente moría de enfermedades más nobles pero hoy se ha perdido la elegancia en el partir. Bueno, ir al matadero y darle un par de billetes para que te consiga una rata, no una grande, más bien una pequeña. Esperar un tiempo razonable, podrás ir a fumar a la esquina o, si hay por ahí cerca un carrito que venda café, comprarte un capuccino y hacer como que estás esperando a alguien. Pero no estarás esperando a nadie, sólo el encargo maldito que le las hecho a Anselmo (el del hijo atropellado). Y el encargo es la terapia maldita que te librará la angustia del vivir, el tramo macabro de una existencia con gusto a soledad. Que te golpean el hombro y que es Anselmo (el del hijo) y te dice señorita aquí está lo que me pidió, la hallé detrás de un árbol tan quieta como un paraguas que fue olvidado en un velorio al que sólo fueron tres personas. Gracias Anselmo, salúdeme a su hijo vivo, si es que le queda alguno. Coger el paquete, subirte al coche, poner primera y tomar la autopista central que te llevará a casa. En el camino abrir la ventanilla para sentir el viento jugar con tu cabello, mirar de reojo la bolsa de color café donde ahora habita la rata y verlo moverse como si adentro hubiese una plegaria que jamás creyó en su fatal destitución. Llegar a casa, correr como una loca con la bolsa entre las manos, subir las escaleras, entrar, quitarte el abrigo (es invierno y hace frío), poner una de los Pixies y comenzar el rito de la sanación. Siéntate cómoda en el suelo, respira profundo, piensa en tus antepasados, en los antepasados de tus antepasados, piensa en el primer amor de tu primer antepasado y luego olvídalo, no vale la pena, siempre has estado muerta. Y ellos también. Pero de otro modo. Vuelve. Abre el paquete y deja que la rata se quede a 30 centímetros de ti. Mírala fijamente, las ratas cuando las miras a los ojos se paralizan. Vas bien. 10 minutos, 11, 12...ya está, es tuya, estira tu mano derecha y levántala, levántala hasta la altura de tus ojos....y abre la boca. Ábrela bien grande, como cuando tenías 6 años y gritaste esa noche porque habías visto al diablo pero nadie fue a verte, nadie despertó, y no despertó nadie porque en las casas fantasmas los gritos son parte de la oscuridad. Ábrela grande, piensa que estás en el dentista del infierno, piensa que el hijo de Anselmo te está masturbando y tú sólo quieres correrte suplicando te mee en la cara. Ábrela. Como una O grotesca, y hazlo... ponla dentro de tu boca. A la rata. Si la tomas por la cola te juro se va a resistir, así que cógela desde el cuerpo y empújala hasta que puedas cerrar bien tus labios como una guarida elegante y húmeda que refugia la lepra de su sentirse mal. La sentirás histérica revolcarse en tu paladar, es parte del juego, déjala que sea tu amiga, tu presa, el ángel que te salvará de todas las muertes. Y ahora, usando tu lengua ubica su cabecita, ponla entre tus dientes y aprieta mierda!, aprieta muy fuerte hasta que tus molares sean la guillotina macabra que entonará el dulce himno de la esperanza. Si sientes algo tibio es su sangre, cuida que no se salga por la comisura de los labios. Y empieza a masticar. Tranquilamente, eres tú y tu beneficio, eres tú y los volcanes violentos que te agitan la locura, eres tú y tus padres y tus abuelos y tu enorme y fatídica familia que te dice querida, mañana nos vamos a morir y tú te vas a quedar sola con toda la angustia de los bosques rompiéndose en tu corazón. Ya casi hemos terminado, digiérela pausadamente, con garbo, con tino, con la eterna vigilancia de los astros que te conducen hasta el precipicio. Y trágatela. Que vaya río abajo por la pendiente pedregosa de tu bella tráquea, no te vayas a atorar mi amor, tómate todo tu tiempo hasta que la sientas depositarse enmudecida en el desierto amplio de tu estómago. No lo puedes creer. Pero lo has hecho. Por ti. Luego anda a la despensa y saca la botella de Mezcal, tómate las copas necesarias hasta que sientas las piernas flaquear. Y cuando llegues a ese estado saca un cigarrillo de tabaco negro y quítale el filtro, fúmatelo hasta que tosas de asco...y parte al baño. Despójate de toda la ropa y mastúrbate de la manera más indecente y escalofriante que te puedas imaginar, métete el cepillo con el que te desenredas el cabello, usa el tubo de pasta dental, cualquier cosa que encuentres a mano, la cosa es que es preciso que te corras violentamente, pero no por calentura, sino para propiciar el temblor ancestral que le pondrá fin a esta cruel psicoterapia. Y cuando te hayas corrido siéntate en el váter (ya el tabaco negro y el tequila estarán haciendo su parte en todo esto), abre bien las piernas y puja, puja, puja hasta el sacrificio de las flores que son arrancadas en las noches de luna llena, puja hasta la culpa que siente el padre por mirarle el culo a sus cuatro hijas, puja la miseria absurda de tener que trabajar para poder vivir, puja mi vida, puja hasta que sientas que la mierda roedora va cayendo desde tu ano y que al caer al agua te salpica las nalgas de infiernos y azucenas. Si quieres vomitar hazlo, no te lo digo porque me da asco escribirlo. Antes de tirar la cadena levántate y mira lo que has parido, míralo bien porque es tu privilegio, míralo, míralo bien y luego olvídalo, jala la cadena y también mira cómo se va por el conducto, mezcla de mierda, rata, angustia, chatarra, sangre y desesperación.
Luego vete a acostar, enciende la tele, pon HBO, dan unas pornos muy buenas, o si lo prefieres, comienza a escribir una poesía, una bella, una llena de mariposas y libélulas, o lee, lee uno de Whitman, eso te hará bien, o bien llámame por teléfono pero no hagas que yo hable, sólo cuéntame de tus días, de tus noches, cuéntame del porqué tuviste angustia y el motivo por el cual me obligaste a descuartizar una rata.
Public hado por Sarco Lange 11 comentarios:
No hay comentarios:
Publicar un comentario