Sabes amor que te pensé esta mañana,
mientras dormías visite tu alma,
sin querer vi erguido ese sueño que abrazabas
y quise tener en mis labios el calor de tu savia.


Presentí tu calor de mujer enamorada
mientras tus sedosas manos me hablaban,
dejando plasmadas las caricias en mi piel
en tanto mi ser se enarbolaba con tus besos.


Era yo quien acariciaba el muslo con mi boca,
era yo quien erizaba el roble debajo de tu sabana,
mi pensamiento de mujer lujuriosa llegaba a ti,
buscando tu cuerpo varonil muy excitada.


Lo que creí un loco delirio se hizo real y latente,
fui preso en la gloria de tus curvas turbadoras,
acompañándote en ese movimiento zigzagueante,
con mi volcán en llamas y el fuego encendido.


Estas aquí amor, el olor de mi entrepierna
atrajo tu hombría, dime ¿sabes lo que quiero?
No te detengas, esta es nuestra cama,
mi cuerpo es el agua, yo soy tu amada.


Sueños, sabor, sudor, dicha, aromas y gemidos,
piel, perdición, deseos, jugos, uñas y mordiscos,
se aúnan en un universo de pasión desatada,
no existe nada, solo un cuerpo de dos almas.

Allí la locura desbordó a la marea del amor,
donde tú y yo amamos impuros nuestra carne
y el placer fue el bálsamo del dulce despertar,
al fin fui dueña de tu alma y mujer en tu cuerpo.



Wiccambar & Rubgy