uno norte
cara derruida
mentón más abajo de la vergüenza
la vejez
mis 98 años
rodeado
de versos en espiral
sujeto a la baranda fluorescente de tus piernas
que se desbordan como animales en celo
frente al aullido colosal de una danza ebria
fumadas en el coral que hay en la maleza
pregonadas por un dios de madera
que cayó preso del pánico en el fuego
pero que no murió
ni nosotros tampoco
porque hemos aprendido
a salir vivos de tantas explosiones
mi amor, somos pájaros
aunque
sin nido
como salir herrumbroso
al jardín perpetuo que sujeta tu mano en mi mano
y verte ahí, musa mía, maldita musa mía
anciana de mi juventud, arruga en la frente amplia de mi gozo
fuente de agua ahogando el reflejo del humo
y sentada en la cruel epifanía
de un horrendo crimen de distancias
mientras todos cabalgan solitarios
en la magia ruin de una sordera de papel
lo ves, yo sé que puedes verlo
ahí, en el tamaño arrogante
de un destino
que erecta sus luces al abismo
al mío
que no es mío
que nunca ha sido mío
que nunca será mío
maldito demonio
sucio y forajido satanás de media libra
asqueroso delincuente
en la dispersión bipolar de este poema
cadáver exquisito que por ojo tengo un coño
por lápiz una verga
por religión un par de tetas
y por familia y por infamia
una mueca rabiosa
en la fatiga horrenda por tenerte hembra
(podría hablarte toda la noche
sobre la alquimia feroz
que se hace mayor de edad
en los labios privados
de tu madurez hecha de esquirlas
pero no lo voy a hacer
te juro por Dios que no lo voy a hacer)
trágico y perverso anonimato
en la plusvalía demente
de un Chile preso en la hemorragia
tu nombre, tu ser, tu principado, mujer, tu precipicio
niña salvaje, niña eterna, niña alada
las palabras están de más
el alma que es el alma de tu alma
se enceguece, es rabia, puerto y hecatombe
te daría un poema nevado de la Cordillera de los Andes
pero hoy sólo puedo escribirle al infinito
no por un asunto de ansiedad, ni de pena
ni menos por el aborto terapéutico del mar
no, o quizás sí, es lo más probable, lo más justo
(SI HAY UN HIJO DE PUTA
QUE CREE SABER MORIRSE
QUE ME PARTA EL CULO
EN EL CULO DE SU SANTO PADRE)
decía, es lo más justo
escribirte un poemario
uno sin alcohol, sin palabrotas, sin pausa
desnudo, piel de hombre sudada en el futuro
brazo y vello y sexo a la intemperie, derramado, alzado
como debe de ser, arrojándome desde el piso 12
hacia el vacío, sabiendo lo hostil que te resulta la caída
yo: santifico tu plegaria
sin hacerte daño en el prejuicio
vuelvo al ciclo del asfalto, pura fe
pura tú, lejos, cerca, bandida perfecta y alucinada
trono de mi campo, alondra maldita rompiéndome en el vuelo
tóseme el agravio adentro de la boca
hasta que me de un mareo de tu nombre
porque: no hay eco más valioso
que tu llanto en medio de un domingo que huele a sándalos y mirra
y duermes, fuerte
álgebra privada de mi último poema
¿es preciso el tajo en la memoria
para darnos un hijo que viene volando desde el mar?
SÍ
porque eres del viento
de ese que gime detrás de las montañas
de ese que se tiñe de azul
en el grito soberbio de todo este misterio
pero sobre todas las cosas...
porque
mentón más abajo de la vergüenza
la vejez
mis 98 años
rodeado
de versos en espiral
sujeto a la baranda fluorescente de tus piernas
que se desbordan como animales en celo
frente al aullido colosal de una danza ebria
fumadas en el coral que hay en la maleza
pregonadas por un dios de madera
que cayó preso del pánico en el fuego
pero que no murió
ni nosotros tampoco
porque hemos aprendido
a salir vivos de tantas explosiones
mi amor, somos pájaros
aunque
sin nido
como salir herrumbroso
al jardín perpetuo que sujeta tu mano en mi mano
y verte ahí, musa mía, maldita musa mía
anciana de mi juventud, arruga en la frente amplia de mi gozo
fuente de agua ahogando el reflejo del humo
y sentada en la cruel epifanía
de un horrendo crimen de distancias
mientras todos cabalgan solitarios
en la magia ruin de una sordera de papel
lo ves, yo sé que puedes verlo
ahí, en el tamaño arrogante
de un destino
que erecta sus luces al abismo
al mío
que no es mío
que nunca ha sido mío
que nunca será mío
maldito demonio
sucio y forajido satanás de media libra
asqueroso delincuente
en la dispersión bipolar de este poema
cadáver exquisito que por ojo tengo un coño
por lápiz una verga
por religión un par de tetas
y por familia y por infamia
una mueca rabiosa
en la fatiga horrenda por tenerte hembra
(podría hablarte toda la noche
sobre la alquimia feroz
que se hace mayor de edad
en los labios privados
de tu madurez hecha de esquirlas
pero no lo voy a hacer
te juro por Dios que no lo voy a hacer)
trágico y perverso anonimato
en la plusvalía demente
de un Chile preso en la hemorragia
tu nombre, tu ser, tu principado, mujer, tu precipicio
niña salvaje, niña eterna, niña alada
las palabras están de más
el alma que es el alma de tu alma
se enceguece, es rabia, puerto y hecatombe
te daría un poema nevado de la Cordillera de los Andes
pero hoy sólo puedo escribirle al infinito
no por un asunto de ansiedad, ni de pena
ni menos por el aborto terapéutico del mar
no, o quizás sí, es lo más probable, lo más justo
(SI HAY UN HIJO DE PUTA
QUE CREE SABER MORIRSE
QUE ME PARTA EL CULO
EN EL CULO DE SU SANTO PADRE)
decía, es lo más justo
escribirte un poemario
uno sin alcohol, sin palabrotas, sin pausa
desnudo, piel de hombre sudada en el futuro
brazo y vello y sexo a la intemperie, derramado, alzado
como debe de ser, arrojándome desde el piso 12
hacia el vacío, sabiendo lo hostil que te resulta la caída
yo: santifico tu plegaria
sin hacerte daño en el prejuicio
vuelvo al ciclo del asfalto, pura fe
pura tú, lejos, cerca, bandida perfecta y alucinada
trono de mi campo, alondra maldita rompiéndome en el vuelo
tóseme el agravio adentro de la boca
hasta que me de un mareo de tu nombre
porque: no hay eco más valioso
que tu llanto en medio de un domingo que huele a sándalos y mirra
y duermes, fuerte
álgebra privada de mi último poema
¿es preciso el tajo en la memoria
para darnos un hijo que viene volando desde el mar?
SÍ
porque eres del viento
de ese que gime detrás de las montañas
de ese que se tiñe de azul
en el grito soberbio de todo este misterio
pero sobre todas las cosas...
porque
eres real
S.
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