sarco lange
coproema
El orgasmo es un paroxismo, la desesperación, otro.
El primero dura un instante; el segundo, una vida.
Cioran
coprofagia
no es comerte la mierda
ni el vómito
ni beberte enfurecido
los misterios orinales
que te cuelgan cristalinos por tus piernas
coprofagia
es abrir en canal la poesía
y bautizarla en el espasmo ebrio
de la palabra nunca antes traicionada
es volarte la cabeza
a través de un disparo de anacondas
y callar frente al luto del mar
es también saber cuándo marcharse
cuándo entrar en la maleza
para evitar mimetizarse en el color del daño
coprofagia rima con fe
y con hemorragia
¿lo viste?
luego, la partida hacia el desierto
leve como una herida
que vive destruida
en el caldo agrio de su trágica gangrena
hacia la rama pendenciera
de un dios que se perdió en el Norte
el exilio al pétalo ruin
de una marihuana hecha de vello
de peca y de pasillos
de baldosa y manicomios
de Usted pues, señorita
a la rabia
al sutil sometimiento
a la espera de este reptil que es mi propio semen
envuelto sobrio en la codicia de tu insomnio
porque
porque tanto de magia
y tanto de milagro
le pasó la factura a la sapiencia de nuestro viento
mientras navegaba todo luz, todo misticismo
dentro del útero cabal de una noche mortecina
sólo queda mirar a la mujer
mirarla fijamente en el abismo de sus ojos
y abrirle la puerta al infortunio
para aprender nuevamente a volar
volver
al silencio de los pinos
dentro del útero cabal de una noche mortecina
sólo queda mirar a la mujer
mirarla fijamente en el abismo de sus ojos
y abrirle la puerta al infortunio
para aprender nuevamente a volar
volver
al silencio de los pinos
el resto
sería como bailar un tango de fuego
en la taberna maldita donde habita el pánico
en la taberna maldita donde habita el pánico
mientras en las calles llueve de forma escandalosa
y las ancianas se sientan en las veredas
esperando morirse en primavera
esperando morirse en primavera
coprofagia
es desnudarme en el poema
que nunca supe cómo hacerloporque soy un hijo de puta
que cavila dentro de la noche
con las manos infectadas de promesas
entonces quiero que seas tú
el alcohol pérfido
de lo que se derrama entre las manos
una suerte de policía intoxicada en lo drástico del escribir
una polizonte de barcos aguerrida
que cuaja la hombría mediante el silencio
mediante la bruma elevada de un verso emborrachado
la luz del templo
que expulsa a sus fieros penitentes
como si fuesen abejas condenadas
y relamidas en el panal de una disculpa
coprofagia
es escribir poemas largos
y salvarse en el último verso
es estar al borde de todo
pero siempre paralizado
ante el crimen obsceno
de elaborar un texto dedicado
es pausar la simbología extrema del orgasmo
para verlo chorrear por la mejilla
es también atosigarse en la privación de lo que se pudrió
mientras afuera los niñitos
arrancaban como hordas despavoridas de demonios
ante el espejo suicida
que reflejaba el rostro del desprecio
algunos dicen que la coprofagia
es un asunto de enfermos
de personas que tienen dislocada la cordura
de animales muertos en el celo de su hembra
que no les basta el beso y la saliva
la menstruación y el sudor del culo
no:
se ponen a escribir poemas
y se dicen ser tan hombres
padre, he ahí el asco
padre, he ahí el asco
Public hado por Sarco Lange 21 comentarios:
uno norte
I
He salido al bosque, el mismo en donde las gitanas abortan sus crías a la luz de la luna. Lo que me hace daño no es el grito de los nonatos, ni la mirada feroz de sus amantes. Ni los frascos repletos de pupilas. Lo que me vuelve presa del pánico es la neblina que se me mete entre los ojos, que me nubla el exorcismo de saberte hembra entre la arena.
II
Luego empieza la música, los frenéticos tambores en mi cabeza ebria de tu pelo. La neblina que me sigue en su carnaval de sangre y juramentos. Trato de ver el árbol. Lo busco. No está donde lo dejé esta mañana. Cierro el párpado y te llamo. Te llamo como si fueses la corteza maldita que se mudó a través del viento.
- No se oye padre, el que se calló fui yo
III
La gente está alegre. Ha pasado el tren de las 8 y nadie se ha bajado en el andén. Las baldosas me guardan su imagen, las tallé de madrugada, después de la belleza. Pero la greda del recuerdo teje restas en la matemática distorsionada de un beso que por la mierda se me enredó entre los poemas.
IV
Pretendo hacerme un tajo en la piel
V
Sopla fuerte mujer de acero, sopla hasta que los verdugos se duerman debajo de las horcas.
VI
Me voy a fumar tu genocidio, me voy a embarazar de tus pisadas, me voy a subir a los techos del templo sólo para olvidarme de volar.
VII
Tejeré el nuevo abecedario de una promesa manantial, todo rojo, todo cirugía, vendré cuando el hombre se derrita en el vapor de la distancia, caeré hacia arriba como caen las bestias que se les perdió el Norte.
VIII
Y luego regresaré al bosque, al rugir de las comadronas que ya han asesinado al trigo de la tierra. La neblina seguirá allí, aún más espesa que la cobardía que se atraganta en la hebra filosa del miedo.Y volveremos a escribir, cubiertos de algas...
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