COMPRO ORO
Compro oro.
Reza el cartel dorado,
inmutable,
certificando eternidad.
Y junto a él
una pizarra sin glamour,
negra con polvo de tiza,
variable
como la cotización
del mercado de Londres
para el precioso metal
que la ensucia.
Compro oro.
Dos vocales redondas
como bocas sorprendidas
abiertas
dispuestas a tragar
alhajas venidas a menos,
miseria cotidiana,
pendientes desparejos,
herencias de la abuela,
cadenas rotas,
pulseras obsoletas,
hambre verde de gastar.
Compro oro.
Dos oes como los dos ojos
de Google,
detrás de los que está todo,
que te invitan a pasar.
Dos alianzas rutilantes,
sin aristas, infinitas,
prometen el Olimpo.
Una joya es para siempre.
Hasta que compro oro
nos separe. Oh.
Imagen: Vicent van Gogh. A Pair of Leather Clogs. 1888.
Publicado por estela ela
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