lunes, 15 de abril de 2013

RAFAEL REIG. ESCRITOR. SU BLOG.


Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Un jamón con chorreras

Mañana me voy a Salamanca para participar en el IX Congreso de Novela y Cine Negro.
En principio había pensado rezar una oración fúnebre por la novela negra, un género que está muerto, pero a la manera de aquellos de César VallejoQué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos.
Algo entre el elogio fúnebre de Pericles que hace Tucídides y un planto medieval con su inútil y hermosa insurrección contra la muerte.
Y resulta que han tenido la amabilidad de darle un premio a Lo que no está escrito, el I Premio Pata Negra de Novela Negra.
El codiciado galardón tiene como dotación un jamón de pata negra.
Con los amigos que también eran finalistas, Marta SanzBegoña Huertas y Lorenzo Silva, ya habíamos acordado compartir el premio si a alguno nos tocaba: ahora invitamos también a los otros finalistas.
Y a ti. Trae vino.
Es lo bueno del jamón: que sabe mejor en compañía.
El premio lo otorga el Congreso en colaboración con la empresa de embutidos Julián Martín.
Siempre habrá algún papanatas que crea que tendría más brillo un Médici o el duque de Sessa que patrocinaba a Lope de Vega, pero un mecenas es un mecenas y los duques y los príncipes ya están mandados recoger. Y hablamos de un excelente jamón de pata negra. Así que muy agradecido.
Por lo demás, de acá para allá toda la semana, hasta que el viernes rendí viaje en casa de mi amigo y vecino Ricardo Gómez, donde efectuamos eso que antes se llamaba “una cena de matrimonios”, con los Gómez, el librero Eduardo y Sra., y nosotros.
Estas cosas tienen sus protocolos y su liturgia, y hoy en día la urbanidad contemporánea hace tan indispensable el foie, o incluso el foie mi cuit, y el tiramisú, como antaño lo fueron los langostinos y la tarta al whisky.
La primera vez que miré el reloj eran las cuatro y media de la mañana. Así de a gusto estuvimos.
Eso sí, como pesados, debimos de ponernos muy pesados, porque al segundo digestivo las señoras nos abandonaron y se tumbaron las tres en un sofá con una manta.
Tal que así:
Les hicimos una foto (AnaVioleta Ana) antes de que se taparan las tres con la manta y las perdiéramos de vista durante toda la noche.
Mientras bebíamos bourbon a sorbitos, mirábamos de reojo los alarmantes y sugerentes movimientos bajo la manta, que se ondulaba en montes y valles, con siluetas repentinas que cambiaban de postura y se agitaban, un oleaje de cuerpos ocultos bajo la lana y en el que alguno de nosotros tres de vez en cuando creía reconocer un muslo o una cadera, pero no podía asegurar que fuera de su mujer y tampoco de la de otro, para que no pareciera que tenía demasiada familiaridad con la espalda de la mujer de otro. De vez en cuando salía expulsada de la manta alguna prenda de ropa, como pecios que el mar arroja a la playa; unas medias, una blusa, un cinturón.
-¿Tiramos de la manta? -proponía uno de nosotros de vez en cuando.
-Quita, quita, no estamos ya en edad de llevarnos sorpresas.
-¿Tú crees que…?
-A mí que me registren, pero ¿queda más whisky?
-Dos botellas enteras.
-Pues entonces mal se nos tiene que poner, ¿no os parece?
-Para mí que retozan…
-Pues que retocen, que retocen, déjalas, pero ponme otra copa, anda.
Y volvíamos a brindar, ya ni sabíamos por qué o por quién, quizá por nosotros mismos.
Al amanecer asomó primero una mano por un extremo de la manta; luego un pie por otro; al final una pierna entera y en seguida aparecieron las tres sonrientes, con las mejillas coloradas, sin duda de sueño y calor, y una sonrisa dulce y traviesa.
Volvimos a casa haciendo eses, rozando con los dedos muros de granito al doblar esquinas.

1 comentario:

  1. jajaja, muy bueno lo de que solo publicaras los comentarios que quieras jejeje. Suerte en el congreso. Un besazo.

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