Terapias cerebrales en contra la
locura.
Charlas de moralidad, que sanan
mi mirada.
Encarcelamiento involuntario que
te calma.
Golpes
eléctricos, con los que hacer la sutura.
Encerrado y drogado, he sanado a
tu espanto.
Libre de nuevo en un mundo que no
conozco.
Depresivo me dicen, porque me he
estancado,
Psicótico si lo que hago es no seguir su todo.
Me encierran porque no se
comprende mi postura,
Porque no le temo a la nada, por
no ir en manada.
En
definitiva por no vivir en una tumba.
Lo que les enfurece, es que no
viva asustado,
Por sus gobiernos de dolor, donde
ya no hay color
que de
vida a este mundo, donde no quedan locos.
Muy bueno!
ResponderEliminarPero locos somos más.
Que bueno, Sergio. Me encanta tu poema. Abrazos.
ResponderEliminarSana locura es esa que te hace único. Buenos versos. Un saludo
ResponderEliminar