No soy el borrón de vino
Sobre mi camisa inmaculada.
Maduro a sorbos de humildad,
Quisiera narrar el desastre de los
días
Y esbozo sonrisas típicas de un
ido.
Me duelen hasta los bostezos
Los meses se me indigestan
Cuan alimento podrido.
Desde el balcón observo fiel
Las noches que no llegan:
Ruedas, ladrillo, bullicio
Desde mi pulmón a las estrellas.
Que bueno el poema, Jorge, que bien que estes aqui. Besos.
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