EXISTÍAN. A ESO VENGO.
SÁBADO, 1 DE DICIEMBRE DE 2012
RIP
Miren, la cosa es ésta, la cosa está como sigue:
Un buen día creí que de la pura reflexión escrita en dos folios con cierta gracia podía pasar a explicar historias que le interesasen a alguien más que a mí, que contuviesen cierto grado de belleza, y que inluso pudiesen llegar a emocionar, aunque fuese durante un instante breve, como el que transcurre entre respirar y expirar, entre el parpadeo espontáneo de dos ojos, entre finalizar una línea y comenzar a leer otra.
Llegué a creer que, tras innumerables lecturas, tras miles de horas laborables escribiendo cientos de párrafos cumplimiendo con la ley sagrada de sujeto+verbo+complementos y destinando algunas horas a la semana a la supuesta creación literaria, un día -un feliz día de otoño, a ser posible- miraría de frente a mis criaturas y me enorgullercería haber sido capaz de crearles un mundo en el que vivir, en el que permanecer por siempre estampadas en forma de letras, palabras y frase impresas sobre el papel encuadernado.
Desde aquel día han pasado algunos años en los que se han sucedido intentos, algunos hallazgos, y horas de ilusión que me han acabado por producir una profunda sensación de decepción y de frustración; la certeza de que el placer estético y la mejor inversión del poco tiempo de que dispongo no se encuentra en la vanidad propia, o en la pretensión engañosa de querer ser a toda costa lo que no soy, sino en en la lectura placentera y aleccionadora de los grandes maestros quienes -ellos y ellas sí- nacieron con la estrella de los dioses gravada a fuego para decidir, como un monje de clausura, destinar por completo y sin reservas su vida a la literatura.
Y si no es así, no vale la pena. Si no es así, uno podría algún día leer su nombre impreso en el lomo de un libro, o ser citado algunas decenas de veces en las secciones de crítica de los diarios más vendidos. Esos momentos de pasajera celebridad se convertirían en poco tiempo en nada, en algo más despreciable que nada, en vanidosa pretensión, en producto perecedero, en un blister de embutido que se deja olvidado en la nevera a medio abrir en un rincón, al fondo, hasta que percibimos cierto olor a podrido y lo descubrimos y con asco lo lanzamos a la basura.
Es todavía peor. Cuando uno llega al convencimiento de que ni siquiera va a ser capaz de construir algo perecedero, intrascendente, algo con lo que pasar media hora de trayecto en el metro, lo más inteligente y honesto es no perseverar en el intento y renunciar.
Me duele por Adan, por Lorente, Maruja, Mercedes, Augusto y Melchor; un poco menos por In Bot (Que le jodan. Es lo único de lo que me podría enorgullecer: ser el primer ciudadano que se desahace de un banquero).
Me duele también, y sobre todo, por mis sueños, hoy de cuerpo presente, en capilla, ya fríos, tiesos como estacas. Sirvan estas lineas de homenaje, funeral y sepelio.
Siempe me dijeron mis sueños -porque mis sueños me hablan- que el día de su muerte, no les llevase flores, y que sonase en su recuerdo, durante media hora, una canción de Lichis. Requiescat in pace
Cuando te vas
se me mueren las macetas
que no las riego con llanto
de tanto llorar los ojos se me secan
que no las riego con llanto
¡ay! de tanto llorar los ojos se me secan.
Y con los ojos sequitos
la mirada se me ciega
y el corazón que no ve
ni siente, ni padece
se mustia y se muere de pena
y el corazón que no ve
ni siente, ni padece
se mustia y se muere de pena
Por eso te planté
mi corazón en una maleta
pa poder echar raíces
donde quiera que tu estés
Por eso me arranco la piel
pa que te hagas una maleta
para cuando eche de menos
el cuerpo que ciñen tus prendas
para cuando eche de menos
el cuerpo que ciñen tus prendas.
Donde quiera que estés
sácame al balcón
a lucir mi amor sincero
que se entere la gente
que no soy uno más
en tu macetero.
se me mueren las macetas
que no las riego con llanto
de tanto llorar los ojos se me secan
que no las riego con llanto
¡ay! de tanto llorar los ojos se me secan.
Y con los ojos sequitos
la mirada se me ciega
y el corazón que no ve
ni siente, ni padece
se mustia y se muere de pena
y el corazón que no ve
ni siente, ni padece
se mustia y se muere de pena
Por eso te planté
mi corazón en una maleta
pa poder echar raíces
donde quiera que tu estés
Por eso me arranco la piel
pa que te hagas una maleta
para cuando eche de menos
el cuerpo que ciñen tus prendas
para cuando eche de menos
el cuerpo que ciñen tus prendas.
Donde quiera que estés
sácame al balcón
a lucir mi amor sincero
que se entere la gente
que no soy uno más
en tu macetero.
PUBLICADO POR EL POBRECITO HABLADOR DEL SIGLO XXI
Vale que te tomes unas vacaciones, pero luego tendrás que volver jajjaja, este gusanillo de escribir no se puede dejar crea adicción, ya lo verás. Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto, volverás. Con sueños renovados quizás, no se puede evitar.
ResponderEliminarSaludos
BUENO AL MENOS TUS VERSOS ME HAN HECHO SONREIR y no me daba cuenta que te escribo en mayusculas.gracias por tu visita es un placer recibirte con tu *L* ni siquiera puede unoadivinar tu nombre o apellido lo que se que me tratas con cariño me preguntas si ya estoy bien ...yo ya no estare nunca bien pienso .pienso pienso mucho y asi se pierde tiempo y salud ¿tú que dices?
ResponderEliminarbesitosssssssssssssss
Marina