JUEVES, 6 DE DICIEMBRE DE 2012
Maná, una oferta técnica
La plegaria hacia aquel dios,
despojado de toda cordura
nos hizo fuertes;
de su misterio cayó una babilla
una sustancia gelatinosa
parecida al veneno.
Alguien dijo que eso era el maná
-estábamos en el desierto-
algo ardía,
la sed apremiaba;
pero yo afirmo
que era blanco el líquido,
casi transparente,
suave al tacto, sutil,
de balanceado cuerpo
y en boca recordaba cierto sabor salado
punzante
de las almendras amargas de Cádiz.
Al tacto de su saliva y la mía
se convirtió en licor de aceituna
y alfajor.
La miel, la puso ella
desde su vientre.
Hno Renato Vega
Publicado por La Corporación
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