Perdiste
el rastro de la brisa,
te
concentraste en cara
de
un solo perfil.
Sonreías
telarañas
que
tornaban por gravedad.
Corres
en el sentido
de
tus más finos vellos,
acaricias
el ligero torrente de savia
reciente
de las arboledas.
En
los dulces panales
mascando
las abejas
para
un viaje mescalínico;
librándote
de provisiones.
Quieres
cruzar la frontera hueca
del
público burgués.
llevar
a la espalda
los
estrepitosos fracasos.
Un
sacrificio por lo único en juego,
una
oportunidad para cesar la redundancia,
el
comercio de la muerte,
el
nuevo día del mes
con
los zapatos nuevos.
Una
ciudad de goma sucia
embarcada
en el mismo puerto
de
retraso.
Morir
en pro de un espíritu masivo,
de
un amor extenso a todo el génesis.
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