lunes, 3 de septiembre de 2012

MONDO MIERDA. DEL BLOG LLAMADO MONDO MIERDA.




Bienvenido a Mondo Mierda. Vivimos en un lunes constante y tú, también, de lo contrario no tendrías un blog ni nos estarías leyendo.

lunes, 3 de septiembre de 2012


Cuidado con los "kawalapitis". ¿Por qué el hombre blanco occidental es tan sensible con las tribus perdidas de la selva? Pero sólo de la selva, ojo!

Ayer, maté una rata. Era como un conejo, y si su rabo me llega a atizar me parte en dos... Le aplasté su puta cabeza con un palo y pude sentir el quebrar de su craneo... Me sentí un hombre civilizado, de asfalto, evolucionado...

Me espanta la fragilidad del hombre ante el medio natural, y ayer, mientras aplastaba a ese inmundo animal, pasó por mi cabeza la supremacía del hombre frente a la bestia.
Vivimos en ciudades, pueblos y núcleos urbanos asfaltados, protegidos, unidos ante la amenaza común, la madre naturaleza, la puta madre naturaleza.

Mi pequeño prólogo nos introduce a una de las costumbres más hipócrita, falsa y sensiblera del seboso hombre de occidente, la defensa de las tribus de la selva. Ojo, de la selva exclusivamente, las del desierto o las montañas, son menos bucólicas y románticas, porque ustedes pueden llamar a alguien hijo de la grandísima puta, pero si meten la palabra mágica, "Amazonas", seguro que se acaban abrazando o incluso follando...

Los ayoreos paraguayos, se sienten amenazados por la deforestación de su medio por parte de la empresa ganadera argentina Carlos Casado S.A, filial del grupo español San José. El "oscuro y horrible" objetivo de la empresa es crear caminos, diques y edificios en la región del Chaco, enorme extensión montañosa que se extiende desde Paraguay, Bolivia y Argentina.
Indignados ayoreos en taparrabos que subsisten de la caza y la recolección, se sienten amenazados y ven imposible la supervivencia de este importantísimo pueblo descubridores de la luz, la penicilina y la pizza cuatro quesos sin sus infinitas extensiones de tierra hostil.
El hombre blanco se escandaliza desde sus oficinas con aire acondicionado, su máquina Nespresso  y su móvil cuatribanda gsm... Twitea sin cesar y comenta en Facebook sobre la noticia mientras hace la compra por internet mientras deja abierta la pestaña con esa peli porno que tanto le pone. Se echan las manos a la cabeza, REZA por los ayoreos y se siente uno de ellos mientras se enfunda sus pantalones de Zara hechos en Pakistán, su polo Nike transpirable hecho en Indonesia y sus zapatillas Adidas, sí, las de Jamiroquai...

En una hora, dejaré de acordarme de los ayoreos, los "kawalapiti" y la madre que los parió. Dejaré de recordar incluso de que he escrito este texto, de ustedes y de la empresa ganadera argentina con trasfondo tan malvado y español, pero cuidado, llevo sin comer desde ayer, la cabeza aplastada y chillido de la puta rata, retumban en mi cabeza con eco infinito.

Todo tiene su final, nosotros, tendremos nuestro final, nuestro merecido. No creo en pacíficos pueblos del Amazonas, en tribus en peligro de extinción ni en la culpa del hombre desarrollado, son pamplinas sensibleras de fantoches cortos de miras. El mundo gira, gira y gira, y nadie, puede parar la evolución, nadie se sale del ritmo marcado por el progreso y la supremacía del hombre frente a lo hostil, porque si ustedes no mueren por frío y hambre por la crisis creada por el despiadado hombre de Wall Street, morirán por una flecha, la mordedura de una rata o un Tsunami.
Qué mas da! Sigan con sus culos esculpidos a base de madera sueca del Ikea, calientes y llenos de grasas hidrogenadas, dejen a los ayoreos morir, luchar y matar por su supervivencia como lo hicieron los abuelos, de sus abuelos, no toquen nada, dejen que gire, naden, y guarden la ropa, con suerte, no verán el final de esta puta mierda llamada mundo.




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