domingo, 15 de abril de 2012

Rafael Reig. Escritor. Blog amigo.




  

El lunes nos vemos en otra vida

¿Tienes ya tu perfil de Second Life?
Más te vale que sea lo que la policía llama un “perfil delicuencial”.
Te va a hacer falta para lo que tenemos preparado. Aquí os copio la explicación de Chavi Azpeitia, que se resume en: quedamos el lunes a las  diez menos cuarto de la noche en Second Life.
Hotel Kafka y el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Arizona os invitan al primer acto que organizamos conjuntamente: una entrevista (semipresencial y sincrónica) de los editores españoles María Casas (Debolsillo, del grupo Random House Mondadori) y David Villanueva (Demipage, editorial independiente). El entrevistador será el director de Hotel Kafka, Eduardo Vilas, y la entrevista, en la que se tratará la actualidad editorial en España, se hará en Second Life (en el Café Gijón de la isla Cíbola) a las 21.45 hora española del próximo lunes 16 de abril.
Los que quieran asistir a la entrevista (la entrada es libre) necesitan, previamente, bajarse el programa Second Life de la red (es gratuito), hacerse un avatar (en realidad, seleccionar uno entre los que el programa ofrece, y darle un nombre y una contraseña) y acudir a continuación a la isla Cibola. Para ello basta con escribir la dirección “Cibola, Cibola” en el navegador del programa y darle al enter: el avatar será transportado a la sala de recepción de la isla. Para llegar al Café Gijón hay que salir de esa sala y caminar hacia la izquierda por la acera, hasta llegar al final del parque. Nada más cruzar la calle veréis la entrada del Café Gijón.
Para que el moderador os deje pasar, también es necesario que enviéis un mail con el nombre de vuestro avatar al correo edicionambito@hotelkafka.com, al menos una hora antes de la entrevista, para que el moderador os deje pasar. En el caso de que no se haya practicado previamente, es aconsejable llegar al menos media hora antes al sitio, para aprender a sentarse, escuchar, chatear y hablar con el avatar.
Por mi parte, estaré desde una hora antes por allí por si necesitáis ayuda para manejaros. Para que no haya confusiones, os comento que mi avatar en Second Life se llama Olvido y es una muchacha bastante más joven y apuesta que yo.
Contra todo pronóstico, confío en llegar vivo al lunes por la noche.
Ayer viernes un titular de El País me dejó atónito.
EL FMI ALERTA DEL “RIESGO DE QUE LA GENTE VIVA MÁS DE LO ESPERADO”
¡Atiza!, me dije, menos mal que ahí está el FMI para avisarnos de los peligros que nos amenazan.
No sé tú, pero yo ya he pasado por ahí. ¡Ya he vivido más de lo que me esperaba!
De lo que yo me esperaba, aunque no estoy seguro de cuánto confiaba el FMI que iba a vivir yo.
¿Qué cálculo habrán hecho conmigo?
Miro las fotos de Christine Lagarde y estoy seguro de haberla defraudado: ella contaba con mi fallecimiento hace ya tiempo.
Qué cabezotas somos los hombres de mediana edad, qué medievales, qué incapaces de satisfacer a una señora tan altiva y estupenda como Christine.
Tú no sabes lo que se siente al dejar insatisfecha a Crhistine Lagarde.
No te lo recomiendo.


Me duele tanto decepcionarla. Me hiere su compasión, mírala, intenta quitarle importancia. Encima.
Me hace daño que intente consolarme y se muestre tan comprensiva.
Estas cosas pasan, no te preocupes, serán las copas, me dice Largarde, la Lagarta.
No pasa nada, susurra, ça ne fait rien, mon cher, pero me lo dice ya dándome la espalda cubierta de pecas, mientras se incorpora.
Ahora se irá y volverá del baño ya con una bata puesta.
Cariñosa. Encima.
Pero yo la conozco, es condescendencia lo que me dedica no sin ironía, mírala.

¿Qué hombre sería capaz de satisfacer tanto désir inassouvi que late oculto bajo los trajes de chaqueta de esta mujer?
¿Quién en todo el universo?
Bueno, venga, dejémoslo en España y en el gremio de novelistas.
Tuve una repentina revelación de las que sólo proporciona el Cutty Sark.


¡Eduardo Mendoza!
Quién si no.
Saltaba a la vista, pero hacía falta que a lo evidente le diera la luz ambarina del whisky para darse cuenta: Christine Lagarde es la amante secreta de Eduardo Mendoza.
Esos dos están enredados, lo sé.
¿Que no?
Te lo digo yo. Te lo dice el Cutty Sark.
Tienen un lío de pronóstico. No hay más que verlos. Son tal para cual.
Esa es la cara que puso Mendoza cuando le pregunté: lo negó todo y se tapó los ojos. No digo más.
Mendoza es el único varón nacido en uno de los países PIGS y meridionales capaz de cumplir con la Lagarta.
Y además sabe idiomas, el tío.
Es el único que no la defrauda.
Los demás, todos los demás, siempre vivimos más (y aguantamos menos) de lo que ella espera.
De lo que ella merece.
No estamos a la altura.
Desde luego, yo a los veinte años no esperaba vivir tanto como ya he vivido.
Por eso creo en la reencarnación: por experiencia propia.
A partir de los cuarenta, ¿quién no se ha reencarnado? ¿Quién no se ha despertado una mañana y se ha encontrado prisionero en un cuerpo que no es el suyo?
Uno se asusta. Se mira la barriga y confirma su temores: ¡me he reencarnado en el cuerpo de otro, y por si fuera poco, en el de un gordito cuarentón!
Y calvo, para que nada falte.
Un cuerpo extraño, incómodo, desconocido, que no se parece en nada al mío, por supuesto.
Un cuerpo incapaz de no decepcionar a la señora Lagarde.
Cuando sea más mayor quiero reencarnarme en Mendoza, por favor.
Mientras tanto, me conformo con una segunda vida.
¿Te veo el lunes en la otra vida?

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