Me siento un robot programado de carne y hueso, en este momento podría
llamarme Mari Pili y ser una niña de corta edad, o llamarme Don José y
ser un señor canoso y con barba, sino me miro al espejo y veo que soy
mujer y me llaman Loli, Lola o Dolores no sabría que soy mujer de
mediana edad programada genéticamente para procrear, cosa que ya hice en
su momento, y sigo programada para pensar y hacer cosas que por tener
esta envoltura no deben desentonar y deben ser coherentes con el
envoltorio del robot de carne y hueso y omnívoro que soy. En el interior
de este robot que soy, me escondo, veo la vida, si no tuviera ojos la
percibiría con los otros sentidos, percibo a los otros yos dentro de
robots iguales que yo, robots humanos de aspectos diferentes, de edades
carnales diferentes pero yos viejos, eternos, milenarios, programados
para ser animales terrestres evolucionando a espíritus puros, electrones
con pretensiones de ser algún día enegía pura.

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