viernes, 29 de diciembre de 2017

yo no estoy loco


llevo 22 años en el frenopático
solo por haber leído a freud:
me soplé las obras completas del maldito cabrón
el verano de mis nueve años, cuando contraje hepatitis
y rebuscando en la biblioteca de mi padre
algo distinto a la mierda de agatha christie y ellery queen
-en el primer capítulo ya sabía quién era el asesino-
me encontré con aquellos 25 tomos perfectamente alineados
y cogí el primero sin saber que daba
el primer paso en dirección al frenopático
el segundo paso fue leer los 25 tomos
y el tercero, después de abandonar mi lecho de enfermo
fue clavarle a mi padre por la espalda
una noche después de cenar y ver los simpsons
la hoja del cuchillo de trinchar mientras el hijoputa
cogía con mi madre en su cuarto, sin importarle una mierda
el hecho de que al hacerlo ultrajaba mi complejo edípico y
exacerbaba los conflictos subyacentes de mi super yo;
después de matarlo le saqué el cuchillo
y fui detrás de mi madre con la idea de cargármela también a ella
guiado por el instinto de muerte que todo amor entraña;
la habría matado si le hubiera dado alcance
y habría fornicado con ella para hacer aflorar nuestro vínculo reprimido
-y posteriormente me habría rebanado la yugular en señal de duelo-
pero la muy trastornada consiguió escaparse en el puto coche
y malogró con ello la resolución catártica de mi compulsión libidinosa
orillándome, desde luego, al rehusarme la ligazón erótica
determinada por la dinámica del principio de placer
a buscar un objeto sustitutivo de gratificación:
entré, pues, a la habitación donde mi hermano dormía
y después de coserle el cuerpo a cuchilladas
y arrancarle de un tajo su jodido pene
me dirigí al cuarto de la pequeña dora
-en su caso, como sentía un gran afecto por ella
no la acuchillé, sino que utilicé la almohada para asfixiarla-
y le metí luego en la boca el pene de mi hermano
para que la pobre ya no tuviera envidia del cabrón;
llevo desde entonces encerrado en el puto frenopático:
he terminado tres carreras universitarias por internet
tengo dos postgrados en psicología y otro en ciencias del comportamiento
de vez en cuando publico algún artículo o ensayo
en la revista de la world psychiatric association
y soy considerado una eminencia mundial en psicopatología del entorno familiar

todas las tardes visito a mi madre en el pabellón de los esquizofrénicos, donde ella está recluída

y a veces soborno al vigilante para poder pasar allí la noche








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