miércoles, 29 de noviembre de 2017

encarcelan a josé villa, poeta supremo de la galaxia, por incumplimiento sexual de tercer grado


¿nombre?

josé villa, honorable magistrado

¿ocupación?

escribo y publico lánguidos poemas de factura melancólica
en foros poéticos de internet, distinguido señor juez

¿sabe usted cuál es la razón
de su presencia en este tribunal, señor villa?:

se me acusa de conducta sexual incompetente
en condiciones precoitales de apareamiento carnal
así como de negligencia penetrativa
en perjuicio de la señorita naomi cienfuegos

¿le importaría brindarme su versión de los hechos 
que dieron lugar a dicha imputación?

todo comenzó a primera hora del jueves pasado
en la barra de la cantina llamada "la perra vida"
cuando pegué la hebra con la citada naomi,
encantadora dama de conspicuos atributos físicos,
a la que, después de incitar para que me secundara bebiendo whisky
y mediante el uso de mis extraordinarias habilidades donjuanescas
pude convencer, ya pasadas unas horas
de abandonar conmigo "la perra vida"
con el fin de trasladarnos a un sitio menos concurrido
donde ambos pudiéramos dar rienda suelta sin impedimento
al despliegue corporal de nuestras bajas pasiones
y sostener un encuentro copulatorio en plena forma
envueltos en el denso...

en pocas palabras, se la llevó a coger
al hotel de la esquina, ¿no es así?

así es, su preclara eminencia:
salimos de "la perra vida" poco antes de romper el alba
y recorrimos a pie, cogidos del brazo para sujetarnos mutuamente
obligados por el avanzado grado de estupor etílico que nos dominaba
y con el fin de evitar precipitarnos de hocico contra el suelo
los 50 metros de acera que separan el susodicho antro de vicio
de la puerta de entrada del hostal "el rezumidero"
sitio de encuentro de aquellos incomprendidos seres
que vagan desterrados por los...

¿y ya en el puto cuarto le bajó las bragas y...?

ella no llevaba bragas, excelentísimo jurisconsulto
sino solo una exigua putifalda de 18 o 20 cms
que apenas alcanzaba a cubrir la zona de su perímetro genital
y una de esas blusas translúcidas que algunas mujeres suelen ponerse
para avivar el ardor de la concupiscencia masculina
prendas las cuales ella se quitó de motu propio
en cuanto hubimos traspasado el umbral de la habitación
y ya en pelotas se tendió sobre la cama
y me dijo: "soy toda tuya, papasito",
con voz impregnada de lujuria y voluptuosidad
agregando luego: "acércate y haz con mi cuerpo
lo que te dé tu puta gana, pinche villa"

¿y qué hizo usted entonces, señor villa?

comencé a despojarme de cuanto llevaba encima, excelso letrado
la camisa vaquera, las botas de piel de víbora
el sombrero texano, el cinturón de cuero de lagarto africano
el puto rolex imitación de 18 kilates, los pantalones wrangler para rodeo;
y total que, ya en cueros y con el fierro tieso como un tubo de acero de media pulgada
me tendí sobre el anhelante cuerpo en ascuas de mi desnuda amiga
... ¡y me quedé dormido encima de ella, puta madre!

¿admite usted, por lo tanto, señor villa
que dejó a la pobre señorita cienfuegos privada de satisfacción carnal
cachonda y lubricada a tope, como seguro habrá estado
amén de despatarrada y ebria, orillada a un insípido autofrotamiento 
sobre la cama de ese sucio cuarto de hotel de quinta?

en efecto, ínclito prócer de la legislatura;
al dormirme ya no fui capaz de proporcionarle su ración de cuello de pavo

¿admite usted adicionalmente, señor villa, 
que prefirió abandonarse sin más, el día de autos
en los brazos de morfeo antes que pasar por la piedra
a su agraciada y sensual compañera de correrías
y que lo hizo aun siendo usted perfectamente consciente
de lo mucho que requería ella de una cogidita, señor villa?

en efecto, bondadoso émulo del legendario hammurabi,
no puedo más que confirmar su acertada descripción de los hechos

a mi entender, señor villa, la cosa está clara:
es indudable que incumplió usted con el pacto de acoplamiento carnal
que había quedado establecido tacitamente, per animus recipiendi
entre usted y la señorita cienfuegos durante el transcurso
de las horas en que ambos alternaban en "la perra vida"
y que en la visita al hotel debió ser ratificado echando un palo

estoy de acuerdo con su parecer, magnánimo descendiente del sabio salomón,
esa puta nochecita la cagué del nabo

quiero ser benevolente con usted, señor villa:
he leído algunos poemas suyos y tengo la impresión
de que en el fondo no es más que un pobre jodido;
así que sólo le impondré un mes de encierro en solitario
y la administración diaria, vía intravenosa
de una dosis equivalente a 3 viagras 
sin derecho a hacerse ni una puta paja mientras cumple su condena
bajo pena de aumentar, a la menor señal de eyaculación
el tiempo de encierro, a razón de una semana por cada paja;
¿desea añadir alguna cosa, señor villa?

¡métase un puto dedo por el culo, pendejo mamón hijo de puta!



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