miércoles, 6 de septiembre de 2017
interludio contemplativo en re menor
la única opción que uno tiene
cuando la sed de conocimiento lo lleva
a buscar extraer algo en claro de
todas esas importantes y profundas cuestiones metafísicas tales como
el misterio del ser, la naturaleza del tiempo, la insondable
futilidad de la vida etc
es pensar...
sí, pensar: "esta pinche pendejada no hay quién la entienda"
pensar: "su puta madre, ya me duele la cabeza de darle vueltas a esto"
pensar: "debo ser un puto retrasado mental del copón
porque nomás no acabo de hallarle el sentido a esta mierda"
y una vez realizada dicha extenuante labor intelectual,
coger una lata de cerveza helada para consolarse
de la idea de ser una perfecta nulidad en el ámbito filosófico,
y tirarse a chupar en el sofá delante de un estúpido partido de futbol...
que si bien se trata en realidad de un deporte más bien apto para subnormales
por lo menos te entretienes viéndolo y no necesitas esforzarte mucho para entenderlo
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