sábado, 20 de agosto de 2016

ameizing


pasaba por una racha jodida
no tenía trabajo, ni mujer, ni dinero
alguien me habló de aquel lugar
arriba en la montaña, al final de un escabroso
sendero casi intransitable;
los monjes me dieron una celda
de paredes de piedra, ventanuco, un camastro metálico;
allí pasaba los días tumbado, con las manos enlazadas
detrás de la cabeza;
mi dieta era frugal, una galleta, agua, un pedazo de fruta,
una barra de chocolate de vez en cuando
no hacía gran cosa, por lo demás:
miraba salir el sol por detrás de los picos de las montañas, escuchaba
los gemidos del viento al atardecer, cosas así
luego llegó el invierno, nevó, todo aquello se congeló
cogí un resfriado que derivó en pulmonía, estuve
semanas postrado con fiebre, temblorina, escalofríos sin tomar
siquiera una aspirina
sufrí de alucinaciones -pude ver la luz al final del túnel-
perdí 30 kilos, una de esas tardes un extraño ser
se deslizó dentro de mi celda, era verde, brillaba, dijo
superaste la prueba, te revelaremos
el secreto
después me transmitió por telepatía
una serie de instrucciones para levitar y
acto seguido se esfumó en el aire;
pocos días más tarde
abandoné el monasterio y me dirigí a parís
comenzaba el verano, la gente inundaba las calles,
tomaba helado, reía, cazaba pokemones
una mañana empecé a levitar
en una esquina de montmartre y en una hora
saqué 600 francos
me cambié de hotel, compré algo de ropa, contraté a
una chica rumana como ayudante;
dos semanas más tarde, la cola para verme levitar era más larga que
la cola para subir a la torre eiffel
telefrance me ofreció un contrato de 300 mil francos mensuales
despedí a mi ayudante y contraté a una modelo escandinava,
compré un duplex con vista al sena, un deportivo, me injerté
algo de pelo
un día cometí el error
de emborracharme con greta y revelarle
mi secreto
aquella puta no tardó nada
en quitarme el trabajo cobrando la mitad
de lo que yo cobraba -y además ¿quién puede competir contra unas tetas?-
ahora me dedico a vender productos fuller de puerta en puerta
escribo poesía, bebo cerveza y cuando estoy borracho
me entretengo haciendo flotar sobre el sillón las latas de cerveza vacías
usando mis conocimientos de telekinesis





2 comentarios:

  1. Con eso de que a los borracho les da por hablar, en una de esas pierden todo como tú... comprenderás.

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  2. A enmendarse y a cambiar estrategias. No problem

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