miércoles, 6 de abril de 2016

LA MONSTRUACIÓN DEL FACE DE CABRÓNIDAS CAZARNOSO.

Lunes, 05 De Noviembre De 2012
Amanda que estás en los cielos, tu blog la ha palmado, tronca.


Entrelazamos los dedos y galopamos con los ojos cerrados, imbuidos de ese ascetismo que convierte en vacuos los fonemas y clarifica nuevas formas de comprenderse. Fue tu monte azabache, figura de prodigiosa simetría erótica, la que desinfectó de verborrea mi ampulosidad yerma como lo son estruendosas balas de fogueo disparadas a quemarropa contra el más impenetrable blindaje. Y le puse tono y vibra a ese modo tuyo de expresar sin hablar, retractándote con tus aspavientos, retirando el grano del panizo maduro como lo haría una infanta de la medianía.


Te contoneabas, y ya ni siquiera bailarían los colibríes en el alféizar, azorados de no llamarse tú, azorados de no ser tú. Al borde de tu precipicio, desangelado y presuroso, orquesté a la ventura, acogiendo con la punta de mis dedos los auspicios que chillaban que era tu coño un ópalo de fresa expuesto a una aurora de ensueño, una yema de antracita algodonosa y gentil. Aconteció de este modo: al limpiar de mi cuerpo el reguero de tus flujos que, como agua derramada por un niño en un almuerzo apresurado, caían como una cortina desde la comisura de mis labios, asumí la certeza de que bien podría defecar en tu blog, que eras clínicamente retrasada y que llevabas casi cuatro horas intentando marcar el número de la policía en el móvil que descansaba en la mesita de noche.


Para entonces, tus ojos dejaban de brillar y fue demasiado tarde.


 

Regurgitado Por Cabronidas @ 11:22

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