bienvenido al futuro

entonces lo que me deparaba el futuro era esto:

este cuartucho de mierda
esta cama de madera con tablas en lugar de colchón
esta mañana gris tan idéntica a tantas mañanas ya idas
este café amargo parecido al de todas esas ya esfumadas mañanas
-sin siquiera una puta galleta dura para acompañarlo-
este temblorcito en las manos no se sabe si causado
por incipiente parkinson, exceso de cafeína, alcohol o
masturbación en cantidades industriales
esta nada, este hundimiento
ese par de condones usados tirados en el piso
reliquias de la última vez que cogí, siendo octubre del año pasado
con una pinche gorda borracha a la que me ligué
en el baile organizado por el ayuntamiento
y que cuando le estuvimos dando al asunto
gritaba como una loca cada vez que le enterraba la estaca
"¡métela más adentro, oh dios, qué vergota tan grande tienes!"
(pero la hija de puta no ha vuelto a aparecerse desde entonces)
ese espejo medio agrietado arriba del lavabo
por cuyo grifo en lugar de agua
salen unas putas cucarachas tamaño iguanodonte
cada vez que le doy vuelta a la llave;
pero lo peor, lo más jodido de todo
-la cereza en el jodido pastel de mi desgracia-
es ese pinche cabrón vejete con la jeta de fracasado
que se aparece en el puto espejo

cada vez que me miro en él