el humo del cigarrillo me hace soñar contigo

es sábado, no tengo nada que hacer
echo un vistazo a la calle, miro el cielo
azul, sin nubes, al oeste ya despunta el sol
tomo café, me tiro en el sillón
abro la compu y reviso mis correos
ofertas de amazon, unas fotos de mi hermana
esquiando con sus hijos en gstaad
"ojalá pudieras estar aquí con nosotros"
(¿por qué no me mandas el puto boleto de avión, entonces?)
una lista de 20 mujeres ucranianas, cada una de las cuales
me ha elegido entre diez mil posibles candidatos
para convertirse en mi esposa
"sólo tienes que decidirte por alguna de ellas
y hacer un módico depósito de 1000 dólares en la sucursal
más cercana a tu domicilio de hsbc
para que en el plazo de una semana te sea enviada
a través de fedex, envuelta para regalo
la elegida de tu corazón con la que podrás ser feliz para siempre"
cierro la puta compu y prendo un marlboro
le doy un par de caladas y expulso el humo lentamente
entrecierro los ojos y en medio de la nubecita gris
que asciende en zig zag hacia el techo
vislumbro los preciosos rasgos de la chica ucraniana que
será la encargada de aliviar mi amargura e incluso
en determinado momento de mi ensoñación llega a parecerme
que la escucho decirme con una voz susurrante que recuerda
el viento soplar sobre las desoladas estepas al norte de kiev:
"mi amado poeta, ¿tienes algún deseo que yo
pueda ayudarte a volver realidad?"
"¿qué tal si me chupas la verga?" le digo
la nubecita, sin embargo, empieza a deshacerse
en largos jirones de translúcido tejido aeróbico
y la chica de mis fantasías vuelve a convertirse
precisamente sólo en eso: la puta fantasía calenturienta
de un hombre solitario obsesionado con el sexo

es sábado, no tengo nada que hacer, estoy caliente

y en ucrania, mientras yo me hago una paja en el sillón
una hermosa mujer quizá se estará preguntando:
"¿acaso se imaginará ese pendejo poeta de mierda
que encima de cruzar el atlántico para ir a darle el culo
debo pagar también yo el puto boleto de avión?"