viernes, 13 de marzo de 2015

el sacrificio de ser poeta


hace ya un rato que estoy
practicamente en la puta calle
y que sobrevivo con trabajitos ocasionales, como por ejemplo
cogerme a la tipa que me renta la pocilga donde vivo;
y no es que el hecho de que esté gorda y tenga
casi 60 años me incomode gran cosa
porque me he cogido a otras más jodidas y más viejas
-el alcohol te permite salir triunfante de cierto tipo
de gestas aparentemente sobrehumanas-
podría facilmente apechugar durante años
con la contingencia de tener que clavar mi garfio de vez en cuando
en medio de ese conglomerado de tejido adiposo que conforma
el sector aledaño a su desprolija y flácida vagina;
la pega, sin embargo, es que no hay día
pasada la medianoche en que la hija de su puta madre
no irrumpa como búfalo colgado de anfetaminas
en el recinto de mi humilde habitación y se introduzca
en mi cama y me exija, con su aguardentosa voz de puta arrabalera
que le ponga la culeada de su vida "porque siento
que se me anduviera quemando el puto coño"
-ya me dijo un camarada de borracheras
que me puede conseguir trabajo en la cuadrilla municipal
de mantenimiento y obras públicas como pintor de brocha gorda
50 pesos diarios de 8 am a 6 pm y un bono semanal
para huevos, leche y azúcar más un plus
de 10 pesos por cada hora que trabaje los domingos
"y de vez en cuando robarte una cubeta de pintura"-
las noches que no puedo dormir
y a mi lado en la cama ronca, en cambio, despatarrada y feliz
la vieja búfala después de haberme cogido sin compasión
me vienen a la memoria pasajes de relatos de las desgraciadas vidas
de aquellos poetas rusos que en los años del estalinismo en la urss
debieron pagar con años de trabajo forzado y privaciones
-confinados en gulags siberianos a temperaturas bajo cero-
la publicación de uno que otro poema de corte
quizás no enteramente apegado a la mierda de estética marxista;
y me digo entonces -mientras alargo el brazo
y cojo la botella de tequila que la búfala nunca deja de llevarme
y me chingo un buen trago y miro de reojo la enorme
y grotesca mole de carne semi hundida en el colchón-
me digo entonces "pinche villa, si esos cabrones rusos
no dieron nunca su brazo a torcer ni siquiera ante la atroz perspectiva
de tener que pasar hambre y frío y enfrentarse a los putos piojos
y mantuvieron incólume su ideal poético de rebelión e independencia intelectual
aun por encima de la más lacerante tortura tanto física como psicológica
¿no podrías ser tú también capaz igualmente de observar
una conducta heroica como la que implica
prostituirte con esta elefanta hinchada para disponer, gracias a ello
del suficiente tiempo libre que invertir en la composición de tus poemas?"


-vamos, hedoclovia, abre esas piernas que voy a echarte otro palo...

-¡pero si ya me estuviste culeando durante más de 2 horas, hijo de puta!;
¿acaso crees que tengo el puto coño tan resistente como el de 
esa jodida muñeca inflable que te pasas cogiendo a todas horas?




2 comentarios:

  1. Todo sacrificio bien vale la pena aunque esto sea cogerte a la vieja búfala -ay me acordé de alguien- el mundo agradecerá que un poeta siga vivo.

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  2. Sí, vale la pena el sacrificio, villita, cuando triunfes todo habrá valido la pena jajajaj. Besitos.

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