no se me ocurrió ningún jodido título

es mejor así, esta vida de mierda que llevo;
esta vida en la que volví a recaer desde que tú 
me dijiste que lo mejor para los dos sería no volver a vernos;
ahora me paso las noches en algún bar tragando whisky
mientras tú te acurrucas junto a tu mamita querida en
el sillón de la tv y miran el último capítulo de la
telenovela de moda tomando café y galletitas y piensas
"para qué necesito a un puto cabrón a mi lado si
tengo a mi mamita que me quiere y estas sabrosas galletitas 
con mantequilla importadas de dinamarca";
una vez en el bar busco y me siento al lado 
de una de las tantas golfas que proliferan por este tipo de lugares
-falda corta, blusa sin tirantes, zapatos con tacón de 20 cms-
y me pongo a contarle a la golfa cómo me mandaste a la mierda y
lo triste que me siento y lo desgraciada que es mi vida
mientras ella me escucha fumando un cigarrillo tras otro
y me deja ponerle la mano en la entrepierna, quizá pensando
que su olor a hembra neutralizará mi lacerante anhelo de volver a verte;
la noche avanza y la embriaguez me invade
"vamos a mi casa -le digo a la golfa- allí podré enseñarte 
mi colección casi completa de hot wheels"
salimos del bar en la madrugada, ya ebrios la golfa y yo 
y andamos por las calles vacías con una botella en la mano
deteniéndonos cada tanto a echar un trago;
entonces pienso "otra vez he vuelto a caer en estas jodidas costumbres"
y cojo de pronto a la golfa del cuello y la atraigo hacia mí
y le doy un beso como si fuera mi novia y no 
una puta a la que acabo de conocer y no adivinara
las cosas que han estado antes dentro de esa boca:
y aspiro el perfume rancio que desprende su cuerpo y siento
el relámpago del deseo zarandear mis huesos y una urgencia atroz
por llegar a mi cuarto y por un instante
comprendo lo que deben sentir los perros que lo hacen
a plena luz y en medio de la calle;
por suerte no vamos lejos
"solo me falta el jodido batimovil del caballero de la noche,
pero ya lancé una oferta en ebay para conseguirlo"
apenas entramos en mi cuarto, le arremango la falda a mi amiga
y babeo sus tetas mientras digo tu nombre
"aurora, mi vida, ¡te quiero!" y luego
le separo una pierna y la penetro sin más preámbulos
apoyándola contra la pared y dejándome invadir mientras lo hago
por ese mierdoso sentimiento que acarrea el hecho
de no ser amado por la mujer que uno ama y por tanto saber
que se está condenado a no encontrar nunca la felicidad;
-"¿y dónde están los putos hot wheels que me dijiste, hijo de puta?
aquí lo único que veo son latas vacías de cerveza y pedazos de pizza"-
al amanecer despierto jodido por la resaca
abro una cerveza helada y me la tomo de dos tragos
siento que soy un cerdo, una especie de alimaña
y le abro las piernas a mi amiga, que aún duerme a mi lado
para contemplarle detenidamente el interior de su coño
"¿qué hay realmente allí dentro -pienso-:
un pulpo, una medusa, un puercoespín hambriento y voraz?
¿tendrá aurora algo distinto dentro del suyo:
un atardecer, un río de aguas cristalinas
una estrella brillando solitaria en un cielo oscuro?"
voy luego por otra cerveza y me hago 
la siguiente reflexión: "si me pudiera coger 
a las dos, una después de otra
y tuviera puesta una puta venda en los ojos
no sabría distinguir cuál es cuál entre mi hermosa aurorita
y esta puta borracha que ni siquiera me cobró el palo"

en el fondo ya se sabe que todo se reduce a meterla en un agujero

pero el maldito dolor no se me quita