domingo, 4 de enero de 2015

culeada a domicilio


después del bailongo te vieron subir
a una bronco negra con los vidrios polarizados
con un fulano de sombrero texano y camisa a cuadros
que llevaba en la mano un seis de cerveza y
con el que habías estado tomando y bailando
y dejando que te sobara el culo toda la puta noche;
te fui a buscar a tu casa como a las 9 de la mañana
y tu mamá me dijo que acababas de irte a la iglesia
que de la iglesia ibas a pasarte a casa de tu abuelita
porque le habías prometido a la vieja ayudarla
a preparar la comida para la reunión familiar que
cada dos domingos celebra la parentela en su casa;
tu abuela, sin embargo, no sabía nada de ti
y aparte me dijo que ese día
no había reunión familiar ni su puta madre
y que aun cuando hubiera habido casi nadie asistía
porque desde que murió tu abuelo sin dejar testamento
todos los hijos andan de la greña por la cuestión de la herencia;
como no tenía nada que hacer ni ganas 
de encerrarme en mi cuarto a leer otra puta novela policíaca,
me puse a esperar que llegaras escondido frente a tu casa
detrás de uno de los árboles al otro lado del camino 
en esa especie de bosquecillo donde en tiempos ya lejanos
alguna vez nos internamos para echar un rapidín;
a esas alturas ya era casi mediodía
y el sol brillaba en un cielo sin nubes y soplaba una ligera brisa;
me adormilé recostado en el tronco del árbol,
y de no haber sido por el ensordecedor estrépito que producía
el sonido de la música brotando de las bocinas
del auto de tu amante cuando cosa de media hora después
se detuvo a unos pocos metros de mi escondite,
lo más seguro es que no te hubiera visto llegar;
y no es que de no haberlo hecho me hubiera perdido de gran cosa:
ver cómo la mujer con quien alguna vez pensé casarme
formar una familia, vivir juntos hasta envejecer
bajaba borracha y con la falda arremangada descubriendo medio culo
del auto de un fulano al que conociera unas horas antes;
ver cómo la mujer a quien aún seguía amando
daba unos cuantos pasos y caía al piso y quedaba tirada inconsciente
mientras el fulano de la bronco le daba al gas y salía hecho madres
dejando a su más reciente y ya bien culeada nueva amiga 
despatarrada en el suelo y con el coño al aire;
me acerqué a donde habías caído para prestarte mi ayuda
ver si te habías hecho daño, levantarte y llevarte a casa
pero al agacharme y oírte balbucear sin saber de ti
"ahora métemela por detrás, cabrón"
con aquella voz pastosa y además recibir en la cara
el tufazo alcohólico que despedía tu boca,
lo pensé mejor y en lugar de acercarte a tu casa
te agarré de los pelos y te llevé arrastrando
de regreso al bosquecillo y me saqué la tranca
y me la remojé con un escupitajo y durante toda la siguiente hora
me dediqué a perforarte cada uno de tus orificios corporales
y al final te llené la boca con mis eyecciones espérmicas
y luego me fui de allí dejándote botada como una perra
y regresé a mi cuarto y abrí otra puta novela policíaca
que estuve leyendo hasta que por fin apareció morfeo
con sus brazos abiertos para arrullarme en ellos




1 comentario:

  1. No está mal, villita, para comenzar el año jajjajaja y espero que los reyes magos te traigan muchas novelas policíacas. Besito.

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