lunes, 5 de enero de 2015

apuntes de un carcamal libidinoso y lúbrico


quién sabe cuánta vida aun me quede por delante
diez años, veinte, a lo mejor un poco más
en todo caso serán los peores años que haya de vivir
con este cansancio en los huesos, con la desilusión acumulada 
con la certeza de haber fracasado, de ser solo un mediocre del montón
con todo eso estaré más amargado a cada día que transcurra
más jodido, más decepcionado, más endeble
pasando las putas mañanas sentado al sol en alguna banca
y mirándole el culo a las tipas que recorran las veredas
pensaré, claro, en cogérmelas a todas
que las pongo a gatas y les arranco las bragas y las clavo
igual que si fuesen ranas despatarradas sobre el barro
algunas me mirarán con sorna y desprecio ante mi evidente lascivia
otras sonreirán creyendo que estoy medio idiota
o quizás les recordaré a su padre y sentirán surgir un sentimiento filial
pero ninguna se acercará a mí y me preguntará qué me ocurre
ni se ofrecerá para ayudarme a reducir mis ganas de coger
ninguna me dirá "vamos a comprar cerveza, luego nos metemos a un hotel
y nos ponemos a culear hasta que te hartes, puto vejestorio verde"
y en vez de eso apretarán el paso para perderme pronto de vista;
diez años, quizás veinte años más teniendo que recurrir
a las pajas y a dos o tres pringosas revistas porno del siglo pasado
porque en el puto asilo apenas alcanza el presupuesto para darle de tragar
a todo el batallón de inservibles que vegeta entre sus paredes
y ni soñar con que pongan conexión a internet;
habrá, desde luego, oportunidades de sobra para cepillarse
a una de las muchas ancianas albergadas en el puto congal
sólo será cuestión de sobornar alguna de las putas enfermeras
para que le ponga a la abuela un par de somníferos en la leche
subirla luego ya inconsciente a una camilla y esperar 
que mientras tanto no le sobrevenga un puto infarto o una crisis epiléptica
sobornar a otra de las enfermeras para que lleve la camilla
a uno de los dormitorios y una vez allí traslade a la octogenaria
a una cama y de ser necesario le enchufe una botella de suero no vaya a ser
que la puta vieja se quede tiesa mientras le estamos dando por el culo
por último, pero no menos importante
esperar que el par de viagras que nos zampamos empiecen a surtir efecto
y que la pirinola se nos ponga dura y que al quitarle el pañal
a la abuela para proceder a hurgarle entre los pellejos colgantes 
y ubicarle el puto coño no tengamos la mala suerte 
de que la cabrona se haya cagado y entonces sí 
ya se puede ir yendo a que se la coja su puta madre

ya te digo, diez o veinte putos años por delante

y cada uno más jodido aún que el anterior




1 comentario:

  1. miedo me da coincidir contigo en la residencia de ancianos, pero como coincidamos te vas a enterar, mi villita, jjajajja

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...