martes, 7 de enero de 2014

RAFAEL REIG. ESCRITOR Y LIBRERO DE LA LIBRERÍA FUENFRÍA.

Carta con respuesta

Palabra de Gabilondo

Como siempre, el señor Gabilondo certero en su análisis y brillante en su discurso. Qué gran diferencia con el actual ministro... miguelgc.
Tiene toda la razón Gabilondo, no tenemos por qué aceptar lecciones de “expertos en palos de golf”. A Gabilondo en cambio hay que escucharle con el respeto que merece, porque todos fuimos testigos de su heroica labor al frente del Ministerio. ¿Quién si no Gabilondo se opuso al plan Bolonia defendiendo la  universidad frente a los intereses empresariales, sin ir más lejos los de Botín y el Banco de Santander? ¿Quién si no Gabilondo se enfrentó a la Iglesia y eliminó de la enseñanza la asignatura de Religión? ¿Quién si no Gabilondo denunció el fraude contra la igualdad que supone la enseñanza concertada? ¿Quién si no Gabilondo criticó hoy y siempre el “resultadismo”, ya que jamás le importó un pito el ranking de universidades “excelentes”? ¿Quién si no Gabilondo acabó con el precio libre de los libros de texto (otra idea filantrópica que tuvo el PSOE) y estableció su gratuidad? ¿Quién si no Gabilondo, fiel a sus principios jacobinos, luchó sin tregua por la enseñanza pública obligatoria y la eliminación de la privada? ¿Quién si no Gabilondo, movido por su legendario cariño hacia los estudiantes, les dio voz en todos los ámbitos y modificó los espaguetis a la boloñesa para incorporar  las demandas estudiantiles? ¿Quién si no Gabilondo se interpuso a pie firme para impedir la entrada de la policía en la universidad, cual Unamuno redivivo frente a la Legión de Millán Astray?
Si cualquier otro dijera las simplezas, vaguedades y en general bernardinas que suelta Gabilondo, todas a favor de lo que no admite réplica y con lo que no se puede estar en desacuerdo, como la igualdad, la equidad ¡y hasta el cariño!, bien podríamos tomarlo a beneficio de inventario, pura palabrería que intenta ocultar el vacío (en el mejor de los casos), como aquellas ciudades Potemkin improvisadas con cartones pintados, o quizá como simple leña al mono, que es de goma, porque criticar a Wert es como pescar truchas con dinamita, fácil pero provechoso: no hay  más que alargar la mano y recoger a puñados.
Ya digo, si lo dijera un experto en palos de golf, no sería más que música (y con toda probabilidad interesada). Si lo dijera un experto en palos de golf, podría pensarse que decir algo tan vagaroso y obvio que no se puede estar en desacuerdo con ello es aniquilar al interlocutor y bloquear cualquier debate.  Pero, ojo, ¡es palabra de Gabilondo! ¡Son palabras mayores!
No sé por qué me acuerdo de lo que le soltó uno de los hombres del Cid a los infantes de Carrión: Lengua sin manos, ¿cómo osas hablar?
Estaría pensando en los jugadores de golf.

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