domingo, 26 de enero de 2014

NEORRABIOSO

domingo, 26 de enero de 2014

7


No es el amor una forma cualquiera de destruirse

No es el amor una forma cualquiera de destruirse.

La veo cruzar la puerta
y se me cae el trece de copas.
Cauteloso, lateral, merovingio,
cada vez que la observo
se me olvida la parte
de mi último ombligo:
¿Qué me dirá esta vez? ¿De qué tendré la culpa?
¿Por qué esa pasión por dañarme,
por qué esta languidez de septiembre,
por qué las lilas y Aníbal Barca,
por qué sus cien mil elefantes?

Ni siquiera mi padre,
que miraba con ojo de catalejo pirata,
se dio cuenta de que no me conviene.

Le place humillarme.
A los lugares a que acudo,
levanta la voz, señalándome:
¡Es tonto! ¡Le engañan todos!
¡Si no fuera por mí, se dejaría destrozar!
Los amigos me miran con apuro,
esperando una respuesta que no sé darles,
y al poco se ponen todos de su lado.

Lo peor no es que me humille,
sino el rencor que le ha nacido
desde que sabe que no puede dejarme.

Me grita. Me insulta. Me desprecia.
Y no es ninguna tragedia, no:
Después de dieciséis años uno sabe
que el desprecio que se prolonga
es una manera de valorarse,
el insulto continuado
también es una forma de amar.

Ya no puedo quererla sin necesitarla.
Pero sigo escribiendo la palabra Iratxe
con un ligero estremecimiento.

Si tiene planes avanzados para aniquilarme,
¿por qué no lo hace ya?
¿Por qué no da la orden definitiva?

Ni siquiera mi padre la vio.
Ni siquiera su ojo de catalejo pirata.

No es el amor una forma cualquiera de destruirse.


BATANIA / NEORRABIOSO, El amor es un ave sin nido que pone huevos en el aire, 2014, fotografía de Merche Clover, modelo Vero Villares, págs. 22 y 23

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